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Cuando en la XXVI Conferencia de Presidentes, celebrada en la isla de La Palma en 2022, todavía bajo los efectos tóxicos de la erupción del volcán Cumbre Vieja, el regionalista Miguel Ángel Revilla, reclamó que la próxima reunión se celebrase en Cantabria, seguramente no sospechaba ... que el encuentro se iba a demorar tanto que cuando llegara ya habría sido desalojado del poder. Su sucesora, María José Sáenz de Buruaga, ha pedido reiteradamente la convocatoria de la Conferencia de Presidentes y el presidente Pedro Sánchez ha confirmado que tendrá lugar en Cantabria en cualquier momento. Sin fecha fija ni agenda precisa, la vivienda y la emigración son materias relevantes, pero es todavía un asunto más candente la financiación autonómica, sobre todo después del trato singular que beneficia a Cataluña.
La financiación autonómica, estancada desde hace una década, presenta un paisaje cada vez más abrupto. Antes, las comunidades del PP y del PSOE se mezclaban en dos grupos, los que postulaban como factor esencial el coste de los servicios, como Cantabria, y los que priorizaban la población. Ahora casi todas se oponen a los privilegios políticos y económicos que se conceden a una región rica como Cataluña a costa de las más pobres. La financiación singular pone a prueba la fortaleza y la cohesión del PSOE en toda España.
Sánchez afrontará la Conferencia de Presidentes en un territorio hostil gobernado por el PP, aunque a cambio estará arropado por los socialistas más dóciles. Los 'zuloagas' y los 'casares', los que apoyaron en otros tiempos a Madina, a Patxi o a Susana, hasta los veteranos que escribieron las mejores páginas de sus biografías al lado de Felipe, Guerra o Rubalcaba, casi todos profesan hoy el sanchismo.
Todavía no se habían sentado a negociar el PSC y ERC la investidura de Salvador Illa, bajo la supervisión de Sánchez, y ya Zuloaga con los consejeros socialistas de ayer y de anteayer defendían, como por encargo de Ferraz, que la financiación singular de Cataluña supondría una buena oportunidad para que Cantabria mejorase los recursos procedentes del Estado. Y eso que a fecha de hoy, Cantabria ocupa el primer lugar en el escalafón de financiación por habitante, que el consejero de Economía, Luis Ángel Agüeros, se mostró dispuesto a sacrificar a cambio de un trato justo, en una reflexión acaso bienintencionada pero no muy hábil: qué es eso de renunciar a un estatus ventajoso antes de que te obliguen a ello.
Zuloaga y su gente quieren vender a Buruaga las bondades del nuevo modelo de financiación. Que se lo digan a los compañeros socialistas de ocho o nueve comunidades que rechazan el cupo catalán con diversos grados de contundencia. También se oponía la vicepresidenta Montero que luego, en una vergonzante secuencia, guardó silencio, más tarde negó que fuera un concierto, pero no aclaró qué era, y tampoco dio muchas explicaciones en el Senado de hasta dónde llega la soberanía fiscal de Cataluña y cómo se concilia con la solidaridad con el conjunto de España. Es un concierto, sentenció Josep Borrell, que además supone la victoria post-mortem del 'procés', porque ayuda a despejar la senda hacia la independencia. Y mientras la ejecutiva del PSOE aragonés se atreve a votar contra el acuerdo fiscal en Cataluña, la portavoz socialista Esther Peña compara la financiación catalana con las ayudas aprobadas para provincias de la 'España vacía' como Soria, Cuenca y Teruel, entre la indignación y la rechifla general por una excusa tan extravagante.
Para aplacar el guirigay, Pedro Sánchez promete ahora que dará más dinero a todas las comunidades –o sea, más impuestos a la vista- y se reunirá con cada uno de sus presidentes, además de la Conferencia. Díaz Ayuso llama al boicot del PP a esos encuentros y Buruaga sí quiere el suyo, pero lo excluye del debate de financiación que debe ser con todas las regiones, que es la línea oficial del partido.
De paso, Sánchez se dispone a purgar a los críticos del partido en el congreso federal y en los subsiguientes cónclaves territoriales. Más allá del ruido interno, como ayer en el Comité Federal con las críticas de Page y Lambán al oficialismo genuflexo con Cataluña, pocos o ninguno de los afiliados y dirigentes dudan de que Sánchez impondrá su doctrina y su liderazgo incontestable mientras no sufra un castigo definitivo en las urnas.
Pero la potencia del caudillo no cambia el pronóstico pesimista de los barones menos entregados: si hay privilegios para Cataluña, el PSOE no ganará las elecciones en ningún territorio.
Pongamos que Pablo Zuloaga logra su propósito de ser elegido por tercera vez secretario general del PSOE de Cantabria y candidato autonómico para las elecciones de la primavera de 2027, al menos es el único al que se le ve decidido. Falta mucho para las urnas, pero habrá que ver cuántos de esos videos de promoción que tanto dan que hablar tendrá que difundir Zuloaga para neutralizar el hecho de que apoya los privilegios a Cataluña que rechazan la mayoría de los ciudadanos y votantes, lo que le recordarán a cada rato los dos grandes partidos de Cantabria y rivales electorales, PP y PRC.
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