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Nuestra ministra de Derechos Sociales Ione Belarra dejó caer unas declaraciones deslumbrantes en el Congreso Internacional Feminista 'We Call It Feminism'. Su conclusión más iluminadora ha sido que tanto la guerra, como el machismo y el capitalismo, responden a una misma lógica, la lógica de ... la dominación del hombre. Sobre esta premisa añadió que el feminismo aporta mucha luz para combatir esa lógica de la dominación del hombre, luz que acabará con el machismo y, por ende, con el capitalismo y con la guerra: «El feminismo propone una redistribución del poder que está detrás de la guerra, del machismo y del capitalismo», «La lógica del feminismo es la lógica de la vida». Y remató alegremente su discurso diciendo que en vez de enviar más tanques a Ucrania hay que «invertir en más médicas y médicos, más profesores y profesoras...» (aplausos). El caso es que, según nuestra ministra, el envío de armamento a Ucrania ha contribuido a la escalada bélica y no ha servido para ayudar al pueblo ucraniano. Y me pregunto: ¿Cómo sabe esto nuestra ministra? ¿Le gustarán estas palabras al pueblo ucraniano?
Pero retomemos su argumento: si todo saliera según sus planes, una vez derrotada la lógica de la dominación, el machismo sería sustituido por el feminismo (¿?) el capitalismo por el comunismo (¿?) y, finalmente, la guerra en Ucrania se disolvería en un remanso de paz gracias a la lógica de la negociación feminista con Putin. Incluso podríamos pensar que cuando esta nueva lógica hubiera calado en el mundo entero ya no habría más conflictos bélicos. No olvidemos que en ese mundo ya no quedaría ni rastro del capitalismo, es decir, habrían desaparecido esos «pocos hombres blancos con mucho poder político y económico que siempre están al comienzo de una guerra» y que, según sus palabras también, «deciden cuándo finalizarlas». En definitiva, esos capitalistas «indecentes» y «despiadados» a los que se refirió no hace tanto.
Quizás alumbrado por la lucidez argumental de nuestra ministra, su razonamiento me suscita algunas preguntas. ¿Cómo explicamos entonces las guerras anteriores al 'capitalismo' que –según el propio Marx– no apareció en la historia hasta el s.XIX? ¿Cómo explicar igualmente la guerras en África, por ejemplo, promovidas por dictadores negros? Por otra parte, el comunismo de corte feminista que suceda al capitalismo ¿podrá evitar las guerras y el récord histórico de crímenes que durante todo el s.XX los regímenes comunistas han provocado en el mundo? Ojalá.
Estas y otras muchas preguntas pueden hacerse sobre el razonamiento de Ione Belarra porque su argumentación descansa en una gran falacia. Una falacia montada básicamente sobre la generalización y la simplificación, y que consiste en elegir tres conceptos generales (guerra, machismo y capitalismo) y relacionarlos mediante una expresión igualmente vaga: 'la lógica de la dominación del hombre'. Acto seguido nos intenta hace creer que los cuatro conceptos, más bien las palabras, están lógica y necesariamente relacionadas. Dicho de otra forma, mete todo en el mismo saco y luego saca de él lo que le conviene: hoy churras, mañana merinas, pasado mañana alcarreñas, aranesas, latxas o ansotanas. Sinceramente creo que estos temas, dada su complejidad y su gravedad, exigen, señora ministra, un pensamiento más fino y menos demagógico.
Es como si yo, jugando con las palabras, argumentara que la lógica de la liberación feminista (frente a la lógica de dominación machista) es la que ha traído la liberación de más de cuatrocientos violadores y agresores sexuales gracias a la ley de 'solo sí es sí'. O dijera, por ejemplo y con el mayor respeto, que el mayor logro de la lógica de la liberación feminista ha sido que las mujeres se sientan, por fin, liberadas que tener que llevar sujetador.
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