Secciones
Servicios
Destacamos
El rifirrafe en que andan enfrascadas estos días las diferentes familias del Partido Socialista de Cantabria viene a confirmar el hecho –bien conocido por quienes se mueven en el mundo de la política– de que las peores acometidas, las puñaladas traperas que pueden acabar con ... una prometedora carrera, no vienen de los rivales del resto de formaciones políticas, sino de las filas propias. Es el fuego amigo, de cuyas consecuencias hemos visto múltiples ejemplos, tanto a nivel regional como nacional. Lo reflejó muy gráficamente en una frase para la historia el exministro Pío Cabanillas: «Cuerpo a tierra, que vienen los nuestros». Las ambiciones personales, el afán de ascender todos los peldaños posibles en la escalera hacia el poder, acaban terminando incluso con las afinidades aparentemente más sólidas. Véase el caso Pablo Zuloaga-Pedro Casares. De fraternales amigos, a irreconciliables enemigos.
Únicamente hay una situación que protege absolutamente al político de las cuchilladas de sus correligionarios: ostentar el poder. Es el bálsamo de Fierabrás que cura todas las heridas. El líder socialista, Pedro Sánchez, a pesar de las críticas de algunos barones y figuras relevantes de su partido, pese a su precaria mayoría frankenstein, será refrendado por aclamación en el próximo Congreso Federal. Las voces discrepantes no pasarán de ahí. Por contra, la pérdida del poder abre la veda en la caza del líder caído. Que se lo pregunten a Zuloaga, que ha visto transformarse la calma chicha de cuando era vicepresidente, en fuerte marejada cuando perdió el cargo. Lo mismo le sucedió, en las filas populares, a Ignacio Diego en 2015, tras perder el gobierno, y pese a haber ganado las elecciones. Estar en la oposición agita las aguas, y en Cantabria tenemos ejemplos de formaciones políticas a las que sus luchas intestinas en pos de liderazgo y protagonismo han conducido no ya a crisis, sino prácticamente a la autodestrucción. Así le sucedió a Podemos, que pasó de contar con tres diputados al destierro parlamentario, y parece que camino va de seguir esos mismos pasos otro partido en las antípodas ideológicamente: Vox. En todos cuecen habas. En todos hay que protegerse del fuego amigo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.