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Lo que debiera haber sido –y durante los últimos 44 años siempre fue– una fiesta de celebración del cumpleaños de la Constitución, se convirtió –en Santander y en Madrid– en una nueva e intolerable escenificación de la alta tensión política de estos tiempos, el frentismo ... y el partidismo por encima de todo. En el Parlamento cántabro, su presidenta, la popular María José González Revuelta, convirtió lo que correspondía, un discurso institucional con la Carta Magna como eje, en una severa crítica al presidente del Gobierno Pedro Sánchez. Por muy justificados que estén los temores que suscitan las amistades peligrosas del líder socialista, no era el día ni el lugar. Tiene la presidenta los otros 364 días del año para hacerlo, sin perder de vista la condición del cargo que ostenta.

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