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El «joven intelectual» Fidel Castro ha ganado la partida a Fulgencio Batista. Está en la portada de la revista barcelonesa 'Destino' del 3 de enero de 1959. Habría de resultar fecha aciaga para muchos emprendedores montañeses de Cuba. El comunismo no quiere emprendedores, solo reprendedores. ... En el interior, otra foto del revolucionario, tumbado en Sierra Maestra y leyendo 'Kaputt', del italiano Curzio Malaparte. En una sierra con nombre de escuela, parecía obligatorio leer.
Un poco más adelante, el escritor ampurdanés Josep Pla habla de su paso por La Montaña y Asturias. Antes de zambullirse en la fabada, se detiene irónicamente en los «zuecos con trípode», es decir, las albarcas: «La gente del país, en este tiempo, utiliza los zuecos como calzado corriente, porque la lluvia es tan pertinaz, hay tanto barro en los caminos y los campos están tan empapados en agua, que el arcaico zueco resuelve casi todos los problemas que plantea pisar un suelo tan plástico. Diré, además, que en estas tierras existe un zueco especial, el zueco con trípode, porque tiene la particularidad de presentar tres protuberancias en su base, una protuberancia posterior, como un tacón alto, y dos en el vientre del calzado. (…) Ello hace, además, que los pies se conserven calientes, lo que es importante en un país donde hay tantas personas bronquíticas y propensas al resfriado. En la provincia de Santander he presenciado la explosión de algunas quintas de tos verdaderamente aparatosas, fenomenales. Es posible que en la época de Trueba, de don José María de Pereda y de Menéndez Pelayo se produjeran en este país menos quintas de tos que ahora, aun pensando que la literatura de estos venerables señores está atravesada, intermitentemente, de quintas de tos secas y crepitantes». La causa: que los arquitectos modernos habían abandonado el parqué por suelos fríos.
Pla no se resiste a llevar el sarcasmo mediterráneo a una generalización metafórica, donde el albarquismo es el ritmo saludable de la vida: «Andar con zuecos no crean ustedes que sea fácil y llevadero. Andar con zuecos con trípode quiere lentitud y ecuanimidad. La gente que anda con ellos da la impresión de caminar con pies de plomo —exactamente la velocidad de las carretas de bueyes—, que diré, al pasar, es la velocidad que debería mantener el corazón humano para que el cuerpo que mantiene envejeciera simplemente unos años».
Burgos está a punto de quitar el cerrojo de la sepultura del Cid. La provincia más provincialista, que tiene AVE y autovías con todas partes menos con Aguilar de Campoo, se indigna colectivamente porque en el Corredor Atlántico ferroviario solamente va a ser lugar de paso. Los centros logísticos quedan en Bilbao, Vitoria, Valladolid y León. Tampoco hay dinero para reabrir el ferrocarril directo Aranda-Madrid. La Tizona del 28-M aterroriza a los estrategas electorales de la izquierda burgalesa, ante esta «movilización coral».
El lendakari Urkullu, al que suponíamos gozoso con Pedro Sánchez, tras darle el poder en la moción de censura de 2018 y sacarle supuestamente lo que no está en los escritos en las negociaciones para la manutención de Frankenstein, resulta que anda «inquietari». Ha convocado en Gasteiz para este lunes una cumbre con Cantabria, Asturias y Galicia. Le preocupa que Francia retrase su conexión con la red española. Y al parecer quiere volver a hablar del AVE del Cantábrico, algo que de antemano en Asturias se recibe con las cejas alzadas.
Se ha presentado un plan de 16.000 millones de euros para el Corredor Atlántico. Ni un céntimo es para Cantabria. Nuestras posibilidades logísticas nada pintan ahí, a pesar de que por otra parte se presume de algunos tramos en obras entre Palencia y Osorno. La conexión con Bilbao no tiene financiación, ni proyecto. La verdad es que el AVE del Cantábrico ya fue planteado por el último Gobierno Aznar y que Zapatero lo fulminó, sin que el Gobierno de Cantabria se quejase. Hoy ya estaría terminado. Han pasado veinte años y no tenemos AVE con ninguna parte, ni pinta de tenerlo en muchísimo tiempo.
Aquel ritmo que Josep Pla entendía como saludable, por lento como la carreta de bueyes, es precisamente el que llevan todos nuestros proyectos estratégicos en comunicaciones. Pero no hay un provincialismo cántabro como el burgalés. Si queremos ir más deprisa, hay que descalzarse ya los zuecos con trípode. De dos posibles enlaces al Corredor, el vizcaíno y el palentino, nos estamos quedando a verlas venir en los dos. Los zuecos, mejor dejarlos para momentos ceremoniales, solo (con tilde o sin ella).
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