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Estos días, además de la inevitable política con sus musas y sus fieras, se habla mucho de médicos y además de finanzas, que el dinerito tampoco falta como asunto de una conversación animada. Salud y euros, dos mundos indispensables en cualquier análisis de actualidad, especialmente ... en este momento en el que, junto con el amor, presente incluso en su ausencia, constituyen el centro de nuestros mejores deseos. 'Salud, dinero y amor' en comandita presuponen el 'summum' de la felicidad, aunque no sea tan así. Fue, como es conocido, el título de una canción lastimera de Calamaro, interpretada por Los Rodríguez, cuya letra lo simplificaba todo con un «tres cosas hay en la vida…».
Se habla estos días de dinero por la pretensión de absorción del BBVA hacia el Banco Sabadell, en la que se cumple la máxima de la naturaleza de que el pez grande se come al chico, con la preocupación del ciudadano ante el inexorable cierre de sucursales y los despidos disimulados como prejubilaciones. En alguna ocasión lo hemos tenido que pagar a escote los cotizantes, o los accionistas, lo que es más lógico aunque igual de doloroso para los pequeños inversores. Todo, por supuesto, en aras de la productividad.
El mundo del dinero y los bancos, frío y calculador, también es cruel. Conocemos bien sus sencillos fines: rendimiento y rentabilidad a costa de lo que sea. 'Lo que sea' es muchas veces la necesidad de dinero: el envolvente atractivo del crédito bancario atrapa con facilidad y provoca dependencia.
Engulle también ese mundo, tan sugerente, a muchos de nuestros mejores jóvenes, que entran a trabajar en las entidades bancarias y las modernizan. Aunque luego prescinden de casi todos a los 50 años, aun con su salario casi íntegro.
El sistema se nutre más de beneficiarios que de benefactores en entidades que son para lo que son. Se supone que al menos tienen que velar por los accionistas, sobre todo por los pequeños, y no siempre es así.
Lo que sí suele ocurrir es que cuando se presenta una OPA, sea hostil o amistosa, la partida está bastante jugada. Mis años 'larga manu' dicen que los acontecimientos que se deriven de la respuesta de la CNMV, del Banco de España, del Gobierno e incluso del Banco Europeo de Finanzas de Nadia Calviño, están todos pactados previamente con sus correspondientes secuencias: primero, OPA respetuosa (OPC); después, OPA hostil; más tarde, OPA amistosa,... y absorción. Bienvenida sea si se respetan reglas y personas.
El otro mundo que merece la atención de los ciudadanos es la preocupación que se palpa por el aumento constante del número de pacientes en lista de espera de cirugía y de consultas, ante las que el sistema público seguro que siente vergüenza e indefensión a la vez que los ciudadanos, y que tiene mala solución por la escasez de efectivos y de efectivo. Si queremos un sistema garantista y universal, cuya filosofía igualitaria y solidaria es maravillosa, hay que protegerlo y, por lo tanto, hay que programarlo y gestionarlo bien. Y sobre todo hay que pagarlo. Sale más caro el apuro de la externalización y su coste, que haber gozado de la previsión y el presupuesto necesarios para hacer contratos y cálculos en tiempo y hora.
Como médico, jefe de servicio y profesor de la Facultad de Medicina hemos sido testigo y participado desde hace tiempo del desarrollo de nuestra Facultad de Medicina y de los planes de estudio y los programas MIR de Valdecilla 'mon amour'. Con la permanente reclamación de la necesidad incrementar la dotación para profesores y médicos, para facilitar así el aumento de alumnos, de profesionales bien formados y de plazas MIR.
Se debe lograr un pacto sanitario, algo 'de cajón', y hacer alguna carretera menos o diferir alguna obra espectacular para seguir gozando de un estado de bienestar privilegiado. Todo en el saco no cabe.
Pero que a nadie se le ocurra el invento fácil, destructor del prestigio, de multiplicar desde un despacho el número de alumnos sin hacerlo a la vez con el incremento de profesores de nivel y calidad, ni de la dotación que corresponda. Que no se olvide la máxima de que «el que algo quiere, algo le cuesta».
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