Secciones
Servicios
Destacamos
«Viva España bonita» decía la inscripción que asomaba a ambos lados de un bus inglés embarcando de regreso al ferry. Nada como la sencillez de un mensaje sentido escrito a dedo en ambos costados sobre el cristal empañado. Se lo habían pasado bien y ... estaban de regreso. Frase ingenua y rotunda de agradecimiento que dice mucho, seguramente abordada por un inglés que aprende español, agradecido de nuestras cosas. Hasta los ingleses aprenden ahora un idioma y, por supuesto, eligen el español muchas veces.
Es que estamos de moda. Nos abruman, mientras nos invaden. Pero mejoran nuestra economía y compensan mermas de otras áreas.
La presión del turismo hacia Cantabria es imparable, especialmente hacia Santander, y ya somos de nuevo el puerto de Castilla (cayeron del guindo) y también de Navarra o La Rioja, incluso de Aragón y, además, con el País Vasco como siempre conviviendo en nuestros pueblos. Y regresaron los madrileños, mientras los franceses vuelven a pasear por Laredo. Una maravilla que habrá que conducir bien y que regular para que esto no se convierta en la Barcelona de hoy o la Granada de hace tiempo. Desde el Gobierno regional o desde los ayuntamientos habrá que imponer normas de convivencia para que no se altere nuestra vida (sino que se enriquezca), porque están ahí cerca, llegando.
La verdad es que estamos asustados de tanto éxito y sabemos que la invasión está preparándose para poner a prueba nuestra organización en hoteles, pisos turísticos, campings, aparcamientos disuasorios y de los otros, terrazas, restaurantes, recintos, circulación, Cabárceno, Santillana, Comillas, Santoña, Laredo, playas, asistencia sanitaria..., y tantas cosas que deben de ser reguladas exquisitamente para que todos disfrutemos de esa maravillosa posibilidad de convivencia. Cada día que pase sin preverlo, será tarde.
Generalmente, se quiere apostar por lo que llamamos turismo de calidad, aquel que da buenas cifras de gasto medio por visitante, pero bien sabemos que no siempre será así. Nos visitará gente con poco bolsillo pero la misma ilusión y son igual de bienvenidos. Para eso tenemos hoteles de 5 estrellas y también hostales magníficos y percebes o lubinas, además de exquisitos bocartes de costera o rabas o un bonito con tomate de quitar el sentido a un precio más asequible. Nada como las cosas sencillas, como defendió Puccini a principios del siglo XIX, como centro de sus óperas sobre gente corriente, sobre todo mujeres: Tosca, Manon, Mimi…, que tanto éxito le dieron.
También nosotros tenemos ahora la fortuna de estar gobernados por mujeres con su sensibilidad, capacidad de organizar y sentido común característicos: Comunidad, Ayuntamiento, Parlamento, Delegación del Gobierno… y habrá que aprovecharlo.
Apostemos por un turismo de buen provecho con la misma pasión venga de donde venga. Y seamos felices, qué además ya tenemos a Mbappè.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.