¿Estamos locos?

Me pregunto si se habrá roto ya ese vórtice polar que nos amenaza con la primera ola de frío ártico porque llevo unos días que no acabo de entrar en calor. ¿Será por la bajada de temperaturas? ¿Será porque estamos a las puertas del invierno? ¿ ... Será por el plan de choque de este Gobierno para el ahorro energético? Negativo, nada de eso. Me quedo helado, tiritando de frío, cuando me entero de que, aquí en Cantabria, a dos violadores, repito violadores con sentencia firme, se les reduce la pena de prisión de 18 años a 11. Sí, aunque me hierva la sangre, me quedo congelado al conocer que de una tacada se les premia de golpe y porrazo con siete años menos entre rejas. Voy a ahorrarles los detalles de lo que sucedió, pero ambos sujetos fueron condenados por violar a una joven en un hostal de Santander. Así que me pregunto qué le pasará por la cabeza a esa chica ahora, qué pensará de esa ley que ha facilitado la rebaja de pena de sus agresores, cómo encaja que esto se haya producido pocos días después del 25N donde la sociedad sale a la calle en defensa de las víctimas o cómo se queda al ver las campañas de concienciación del Ministerio para contrarrestar esta lacra. Esta semana hemos intentado tener respuestas a esas preguntas, pero nos trasladan que ella prefiere no hacer ninguna manifestación ni tener contacto con ningún medio de comunicación. Comprensible. Y mientras sigo aquí helado con la noticia, un compañero experto trata de explicarme qué dice la ley del 'solo sí es sí', por qué algunos jueces están dictando esas resoluciones, qué argumentan muchas asociaciones feministas, qué líos se trae la ministra del área con quienes la abroncan. Y, sinceramente, me dan igual las explicaciones. Ni lo entiendo ni lo quiero entender. No me da la gana. Solo veo que a dos violadores se les ha reducido en siete años su condena. ¿Estamos locos?