Arquitecto galardonado

Hace unas semanas tuvo lugar en su sede de la calle Aguayos la entrega de premios que concede el Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria anualmente. Entre los galardonados estuvo Eduardo Fernández-Abascal, quien recibió una mención por la ejecución de una vivienda aislada en ... el Barrio Sorriba de Liencres. No es la primera vez que este arquitecto torrelaveguense, que comparte estudio con la arquitecta Floren Muruzábal, recibe un reconocimiento por la realización de sus propuestas. A lo largo de su trayectoria han sido varias las ocasiones desde que comenzase su andadura profesional. El primero de ellos, el Premio Europa Nostra en 1982, por la rehabilitación de la Torre de Don Borja junto a Luis Castillo. Fernández-Abascal ha realizado en nuestra ciudad proyectos de viviendas, rehabilitación y acondicionamiento de comercios (la librería Dlibros y la óptica Modesto Lafuente, entre otros), oficinas (edificio Estrada), instalaciones deportivas (piscina La Lechera) y culturales (Archivo Municipal), citando los más significativos. Fuera de Torrelavega han sido asimismo numerosos sus trabajos. Dos de ellos, las viviendas de los pintores Juan Uslé y Martínez Cano, son una referencia en su ámbito. Para no citar todos dada la falta de espacio recordar el último de ellos, la intervención, después de ganar el concurso convocado, sobre una arqueología industrial, en las icónicas naves de Gamazo en Santander, convertidas ahora en un espacio dedicado al arte contemporáneo para albergar la colección de Enaire, diseñando al mismo tiempo su entorno. Precisamente premiado por el Colegio de Arquitectos doblemente: como rehabilitación y por el público. Rigor, simplificación y elegancia, belleza contenida y funcionalidad son algunas de las características de sus obras. «En nuestros proyectos mostramos una actitud para resolver problemas funcionales y adaptar las construcciones al entorno físico o social. Nos preocupa la implantación y la economía de medios, económicos, materiales...», afirma.