Propaganda a domicilio

¡No hay derecho! No se da cuenta a todo lo que está renunciando. Se va a perder usted esa emotiva carta en la que se describen las maravillas de una gestión brillante en los últimos cuatro años, lo bien que se ha hecho, lo orgullosos que están, lo que ha prosperado el municipio. O, por el contrario, depende de quien lo haya escrito, ese mensaje crítico para denunciar que ha sido una legislatura perdida, lo mal que se ha hecho, lo cabreados que están. Y se va a perder también esas enumeraciones de obras ejecutadas con las que seguro que nos dicen que se ha mejorado la calidad de vida de los vecinos. Un clásico.

Y lo más importante de todo. Sepa que renuncia a conocer cuáles son las promesas para los próximos cuatro años, esas que se encabezan con un 'nos comprometemos a hacer', 'construiremos, 'levantaremos', 'dotaremos', 'incrementaremos', 'proyectaremos', 'terminaremos'... Pero usted, que ya renunció a recibir propaganda electoral en 2019, lo vuelve a hacer ahora, erre que erre, con una pequeña diferencia. Aquel año hicieron lo mismo otros 1.126 cántabros. Ahora, el número se ha incrementado un 804%. Por algo será.