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El marketing de lo vacío

MI RINCÓN DE INCERTIDUMBRES ·

Miércoles, 11 de mayo 2022, 07:26

El ser humano tiene infinita capacidad de olvido en esta época de comunicación global en que unas noticias arrinconan a otras. Hace apenas dos años aplaudíamos a los sanitarios por su lucha contra un virus desconocido y mortal. Sin armas específicas, solo con un valor ... que no había que suponer porque lo demostraban sobradamente, iniciaban cada jornada dentro un mundo hostil que sembraba desesperación y muerte a su alrededor. Desde fuera, los ayudábamos haciendo cobertores con bolsas de basura, y mascarillas con cualquier material. Todo servía, creíamos, para intentar plantarle cara a un enemigo atroz, en medio de una precariedad preocupante. Entonces descubrimos las carencias de nuestra sanidad. Y como surgió la solidaridad, surgieron los buitres, empeñados en hacer negocio con los muertos, el hábitat donde mejor se desenvuelven. Trajeron mascarillas, de escasa garantía, un 1.700 % más caras que en diciembre del 2019; guantes de andar por casa; protectores de pacotilla... Todo servía para inflar los bolsillos de unos pocos pícaros en esencia, que armaron con precariedad a un ejército ya de por sí muy inferior a su enemigo.

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