Secciones
Servicios
Destacamos
Estos días es fácil saber quién tiene hijos porque algo en sus manos los delata. Suelen ser trozos de pintura, espray morado o verde que se queda adherido en las cutículas, purpurina. El disfraz que llevan estos días los críos tiene más que ver con ... las actividades de su clase, que los transforman en personajes de una obra o de un proyecto colectivo mayor; sin embargo, cuando tienen que elegir su propio disfraz, hay una información subliminal deliciosa en esas elecciones. Y sobre todo en los adultos. En los niños, lo del disfraz al final es una mutación de su sentido infinito de lo posible, pero los mayores somos muy conscientes de lo limitado que resulta una vida, y por eso, de vez en cuando, transformados en seres inexistentes que proyectan quizá lo que mantenemos escondido, probamos a ser lo que no somos por un rato.
¿Y qué sucede al hacerlo? Que lo dejamos a la vista. Y eso da cierto pudor, sobre todo cuando caminas por la calle y todo es normal salvo tú. Hasta que llegas donde has quedado y el disparate colectivo te protege, es curioso cómo a pesar de ir envueltos en capas, pelucas y caretas dejamos algo íntimo a la vista: somos foco de atención porque nos proyectamos, salimos de lo normal, de la moda Inditex que nos iguala en su patronaje, y nos volvemos por un rato estética pura, capaces de adecuarnos al nuevo rol. Disfraces de Star Wars o Indiana Jones; de Miércoles Addams, de Naruto o Avatar; de banquero o piloto o juez o payaso. Hay algo en nuestra elección que nos vincula al disfraz que nos pondremos. Por eso, estos días en los que volvemos a mirar con horror las columnas de humo en el horizonte de Cantabria, me pregunto de qué se disfrazará un pirómano, con qué tipo de antifaz cubrirá su cara alguien sin vergüenza a verse a sí mismo cada día: ¿existe un disfraz que tape lo que realmente es?
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.