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En lo que va de año, el sistema de monitorización de la mortalidad (MoMo) que emplea el Instituto de Salud Carlos III ha detectado en Cantabria un exceso de 737 muertes sobre las esperadas. Es el 2,6% de todos los fallecimientos no esperados en ... España, cuando nosotros somos solo el 1,2% de la población del país. Y es que en España se está produciendo una sobremortalidad, en que el calor solo está desempeñando un papel en las regiones más sometidas a él, pero casi ninguno en las de nuestro cuadrante. Nosotros solo tenemos un 1,3% de las muertes que el MoMo atribuye al factor temperatura en toda la nación.
Por tanto, ese 2,6% es inexplicable, abultadísimo y está inexplicado por nuestras locuaces autoridades, que en esto de la muerte parece que se han quedado afónicas. ¿De qué está muriendo tanto cántabro? ¿Por qué ocurre? Si no es por el covid-19 ni por el calor o el frío (MoMo atribuye solo una muerte por temperatura en los últimos cuatro meses), ni ha caído el cielo sobre nuestras cabezas, ni una variante cabezona de gripe, ¿qué es lo que está ocurriendo para que se haya disparado la mortalidad de los cántabros tan espectacularmente?
En toda la pandemia de covid-19 han fallecido 975 cántabros; solo en la sobremortalidad de enero a mediados de agosto de 2022, hay ya 737 fallecidos, con un exceso de 215 en julio. Esto es como otra epidemia, pero no sabemos quién es el virus. Mal podremos entonces combatirlo. Ya no puedo hacer nada por esas 737 vidas, algunas de las cuales conocí, pero como periodista y ciudadano siento la obligación de escribir algo para que no les llegue indebidamente su hora a otras 700, y que puedan al menos celebrar las campanadas de Año Nuevo de 2023.
Con una evolución de las cifras tan dramática, me descoloca muchísimo que el Gobierno de la autonomía no tenga ya sobre la mesa un detallado informe sobre los perfiles de este exceso de mortalidad. ¿Es de personas que viven en sus domicilios, o estaban institucionalizadas? ¿Cuáles eran sus patologías? ¿Cómo se atendieron a lo largo de su historial clínico? ¿Hay algún patrón por zonas de salud? ¿Por qué urgencias pasaron? Ese informe debería estar hecho y el Gobierno haber tomado medidas para reducir el exceso de mortalidad. Porque, sin virus ni catástrofes, la hipótesis más espontánea es que ciertas situaciones no se están controlando. Y esto puede suceder por una multitud de causas, que la administración deberá averiguar y corregir. Algunos picos de sobremortalidad se observan en fines de semana (en agosto, julio, mayo, marzo y enero), y ha habido semanas 'negras' como las de 11-17 de julio o la segunda de febrero. Esto necesita investigación para alcanzar un conocimiento preciso.
La principal competencia de la autonomía de Cantabria es la sanitaria, con 1.000 millones de presupuesto. No puede fallar en el objetivo esencial de una protección razonable de la vida de los cántabros No podemos decir: «qué estupenda efeméride, somos la comunidad con mayor exceso de mortalidad en 2022, bravo». Así que el Parlamento, sin esperar a que sobremuera más gente, podría crear una comisión de investigación urgente para extraer conclusiones y soluciones.
El hecho de que toda España haya registrado hasta la fecha una sobremortalidad de 28.322 personas indica que en el problema cántabro existe, por un lado, una causa general de base (ni temperatura ni covid) y, por otro, una causa específicamente regional que agrava este fenómeno en nuestra comunidad. Estamos sufriendo una misteriosa epidemia nacional, pero con mucha más gravedad que el conjunto del país. Si tuviéramos el récord autonómico de fallecimientos por covid, ya alguien lo hubiera señalado y nos habríamos puesto las pilas. Pues bien, estamos en parecida situación respecto del 'Virus 2022'.
Con un crecimiento del 23% de la mortalidad general sobre 2021, somos los primeros de España. Y si una autonomía con la competencia sanitaria no sirve para afrontar esto, ¿qué justificación tiene el que asumiera la sanidad?
La sobremortalidad cántabra en 2020 fue de 439 personas; en 2021 fallecieron 325 menos de las esperadas y, sin embargo, en poco más de siete meses de 2022, ya suman 737 en exceso. Si el exceso de mortalidad real de 2022 sobre la estimada es nacionalmente un 10%, en Cantabria roza el 20%. Que esto no se aborde con urgencia es preocupante. ¿Qué está fallando? De mantenerse esta media, Cantabria acabaría este año con unas 1.000 personas fallecidas sin necesidad. ¡Más que de todo el covid de tres años! Este 'Virus 2022' es peligroso: urge investigarlo.
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