Sin presupuestos en el Ayuntamiento de Santander

En segundo lugar, cabe destacar la falta de eficiencia en la gestión de los recursos públicos. La ciudadanía ha señalado en reiteradas ocasiones el mal estado de las calles y aceras, la falta de limpieza y mantenimiento de los parques y jardines, la deficiente gestión del transporte público, la ausencia de un nuevo Plan de Ordenación Urbana, el mal entendimiento con el Gobierno Regional, con la Dirección General de Costas y con la Autoridad Portuaria. Estos problemas no solo afectan a la calidad de vida de la ciudadanía, sino que también tienen un impacto económico negativo, ya que desincentivan la inversión y el turismo en la ciudad. En tercer lugar, cabe destacar la falta de transparencia en la gestión municipal. La ciudadanía no siempre tiene acceso a la información que debería ser pública, lo que dificulta la participación ciudadana en la toma de decisiones y la rendición de cuentas por parte de los responsables políticos.

Además, la falta de claridad en la gestión de los recursos públicos puede dar lugar a sospechas de corrupción o de favoritismo en la asignación de contratos y licencias, lo que afecta negativamente a la confianza de los inversores y a la imagen de la ciudad. En conclusión, la mala gestión tiene graves consecuencias económicas para la ciudad. La ausencia de planificación estratégica, la falta de eficiencia en la gestión de los recursos públicos, y, la carencia en la transparencia y participación ciudadana, son los problemas que deben ser abordados de manera urgente. La ciudad de Santander necesita un Ayuntamiento comprometido con la eficiencia económica y con la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos.