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La historia guarda memoria –y si no, que la guarde– de un sanromaniego, ni alto ni bajo, en sus justas magras y tocinos, apodado Uco, que hizo el camino jacobeo a lomos de su mula Uca –Uco y Uca, la gloria la Tierruca.

Por la ... costa, bordeando riscos y peñascos pasaron de San Román de la Llanilla a Soto de la Marina. De donde la mula lunera cascabelera partió con un nuevo y reluciente cascabel. Al que se unió otro en Mortera y otro más en Liencres, cumpliendo así el sanromaniego la promesa hecha de hinojos al santo patrón local de ir sumando un nuevo cascabel a las crines de la mula por cada lugar por donde fueran discurriendo.

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eldiariomontanes El peregrino de los cascabeles