Un poco de 'lobby' y un baño de popularidad

El tren rápido con Bilbao, la financiación europea para el tramo del AVE Alar del Rey-Reinosa y la conexión intermodal del Puerto de Santander son los tres elementos que el Gobierno regional maneja para su incorporación a la red básica del Corredor que se ejecutará en los próximos ocho o nueve años, sin tener que esperar a la red global que tiene como horizonte el lejano 2050. El Gobierno de España ya ha formalizado la propuesta, pero ahora falta que Europa la bendiga. El 'Pacto Verde' que promociona al ferrocarril como medio de transporte menos contaminante alienta las expectativas, pero eso es sólo una teoría optimista.

Así que Revilla, aconsejado por el secretario de Estado para la UE, Juan Fernández Barba, se ha lanzado a un 'lobby' acelerado para transmitir su discurso por todas las instancias de la UE, y especialmente con comisarios y con eurodiputados de todos los partidos vinculados al transporte. Hasta el PP, tras sus contactos con el partido en Cantabria, se mostró razonablemente receptivo.

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Daniel Martínez

Como ayer le dijo a Revilla el embajador de España ante la UE, Marcos Alonso, no hay otro camino que insistir una y otra vez e incluso ponerse pesado con todos los interlocutores disponibles, hasta lograr convencerlos.

No es fácil que la Comisión cambie de motu propio los actuales planes del Corredor Atlántico, pero sí es posible que el Parlamento Europeo los modifique a través de enmiendas en un debate que se desarrollará a lo largo de 2022.

En la ronda de contactos y en los paseos entre las diversas instituciones, Revilla atiende largamente a los medios informativos españoles acreditados en Bruselas y saluda y se hace fotos con muchos españoles que le reconocen, sobre todo jóvenes que viven y trabajan en la capital belga. De la Junta de Voto, de Burgos, de Málaga... y hasta conversa con su poquito de francés con algunos empresarios a los que intenta 'vender' Cantabria como una tierra prometedora para sus negocios. El Corredor Atlántico está en el aire, pero el baño de popularidad en la capital de Europa ya no hay quien se lo quite.