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Mejor no hacer cuentas. Mejor, seguir la estela del 'partido a partido' que permite batir cualquier récord con humildad y discreción, casi como si nada hubiera ocurrido. Y tras permanecer trece partidos sin perder, que nadie se obsesione por superar la mejor marca del Racing ... sin conocer la derrota que tiene la lejana e inalcanzable cifra de 31 partidos consecutivos sumando puntos al casillero de la clasificación.
Fue en la temporada 69-70, en Tercera División, una categoría que entonces era semejante en rango a la actual Primera RFEF. Manuel Fernández Mora, que aún no había cumplido los 37 años, era el entrenador. El equipo estaba deprimido. La temporada anterior, también en Tercera, se había quedado con las ganas de subir, así que había una más que obligada sensación de remediar la situación.
Y efectivamente, el Racing fue muy superior. Mantuvo despejado el panorama para conseguir la primera plaza del grupo, aunque hay que decir que los comienzos no fueron demasiado buenos porque la victoria fuera de El Sardinero no pudo conseguirse hasta la décima jornada, e incluso sumó una derrota contra el Guecho que sería una de las dos que el club sufriría en la Liga.
Después de aquella derrota, y con el primer tropiezo en El Sardinero, donde la Cultural Leonesa arrancó un empate a uno (único punto que se marchó de los Campos de Sport), el Racing tuvo una portentosa reacción con una racha de dieciocho triunfos consecutivos que le hicieron despegarse del segundo clasificado (otro récord difícil de igualar). El inicio de esa racha fue la victoria ante el Rayo Cantabria en un partido donde los racinguistas, paradójicamente, jugaban como forasteros en su propio campo. Así se produjo el primer triunfo porque los hombres de Fernández Mora ganaron a los filiales por uno a cuatro en los Campos de Sport. También cayeron goleados la Gimnástica (4-0), donde Julio Santamaría anotaría tres tantos y el Baracaldo (2-4), donde hubo que remontar en dos ocasiones un resultado adverso. Tras sumar los dos puntos de esta victoria, el Racing se colocó líder del grupo por primera vez para no abandonar en ningún momento su privilegiada posición, desplazando al Alavés que estaba dirigido por Ferenc Puskas. También fueron sonadas las victorias frente al Indauchu (6-1), con tres goles de Isidro; Cacabelense (5-0), con tres goles de Cabello; Júpiter Leonés (4-0); Luchana (1-5), con tres goles de Santamaría; Palencia (0-5); Erandio (2-5), con tres goles de Menchaca y Ponferradina (4-0).
La racha de victorias finalizó en lo que supuso el encuentro más importante, porque los cántabros se desplazaron a La Puentecilla de León para enfrentarse al segundo clasificado, la Cultural Leonesa. El empate conseguido ratificó al Racing como líder, aunque las cosas no fueron fáciles porque el primer tiempo fue de una clara superioridad de los leoneses, que se fueron al descanso con la ventaja de dos a cero. Pero tras la reanudación, el Racing se transformó. A los once minutos de ese período, Portu II recibió el balón tras una falta sacada por Argoitia y se internó en el área entre dos contrarios para anotar el dos a uno. Luego, la entrada de Santi y de Santamaría estimuló el juego de los montañeses y cuando faltaban cuatro minutos para terminar el partido, Menchaca se internó por la banda derecha y lanzó un centro que Isidro remató de cabeza a la red empatando el encuentro.
El Racing continuó sin perder y no desfalleció en el último tramo del campeonato. Además, siguió con abultadas goleadas, como la que sumaría frente al Rayo Cantabria (7-0), con tres goles de Isidro; frente al Baracaldo (4-1) y frente al Hullera (7-0), con una actuación estelar de Isidro que llegó a anotar cinco goles, récord de un jugador del Racing en el campeonato liguero, dejando claro que sería al final el máximo realizador del equipo con 25 tantos.
No tendría problemas para clasificarse matemáticamente como primero de grupo antes de que finalizara la competición. Fue el 3 de mayo, en el partido contra el Arenas, al que se derrotó por uno a cero, tanto de Isidro. Ya como sólidos campeones, con sólo un punto perdido en los Campos de Sport, el Racing se relajó pensando en la fase de promoción de ascenso y perdió en León, en el último encuentro, contra el Club de Fútbol Júpiter Leonés (3-2).
Aquella temporada finalizó en el Bernabéu con el gol de Ico Aguilar que supuso el ascenso a Segunda. El récord de 31 partidos sin perder fue intrascendente, aunque aquel fue el Racing más invicto de la historia.
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