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El olvido y el desconocimiento son capaces de derribar las construcciones más sólidas y valiosas. Hay ejemplos que rompen el corazón, como la desaparición en Santander del chalé de Benito Pérez Galdós y del Teatro Pereda, y en el resto de Cantabria, de las casas ... familiares de Lope de Vega, Quevedo y Calderón de la Barca; la del pintor Casimiro Sainz, en Matamorosa, o la clínica del doctor Madrazo, en Vega de Pas. A este elenco de despropósitos se irán sumando otros edificios que desaparecerán ante la indiferencia y la ignorancia que dedicamos a nuestra historia y a su patrimonio.

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eldiariomontanes El sordo lamento de Tajahierro