De relato lovegraftiano a diálogos de chistera

No recuerdo quién dijo un día que tenemos lo que nos merecemos. Pienso que no, yo, al menos, no soy muy de flagelos. Los sinsentidos que esta paciente ciudad está soportando son de relato lovecraftiano o de los diálogos imposibles 'tipycolleros' de chistera y bombín. ... Hasta risible sería si no fuera porque los desatinos afectan profundamente a nuestra sociedad y porque serán el equipaje con que el que viajarán los concejales que administren, o vuelvan a administrar, Torrelavega la próxima legislatura. Uno de los más serios es la paralización, por orden de la juez del Contencioso Administrativo Número 3, del Plan Parcial El Valle -los terrenos situados entre la glorieta del 'Puente del Churro' y la de los Rotarios- donde, desde hace 20 años, está prevista la construcción de 980 viviendas. De sonrojo es que la magistrada haya tenido que 'recordarle' a la Corporación que la documentación que ha tramitado tiene importantes y acreditadas carencias porque el Plan Parcial no se publicó íntegramente en el Boletín Oficial de Cantabria, como tampoco los plazos de ejecución, la evaluación de los costes de urbanización, la implantación de los servicios o los planos de información y ordenación que obliga la ley. Por menos de esto, en una empresa privada te dan la cuenta y te mandan a las filas del SEPE. Pero cuando gobiernan, trabajan y deciden blindados, no pasa nada. O sí, pasa mucho, pero sin consecuencias personales. Independientemente del quebranto económico que se les produce a los actores de esta iniciativa urbanística, constructores y propietarios de terrenos, los desatinos, que ellos suelen llamar 'errores involuntarios' -como el mayestático «Lo siento mucho, no volverá a ocurrir» (pero ocurrió)-, producen un quebranto económico y social en absoluto desdeñable. El INE estima que la ocupación por vivienda en España es de 3,6 personas de media, o dicho de otra manera, que si estos 980 pisos estuvieran terminados, la población potencial que les ocuparía sería de 3.528 personas que vendrían a alimentar el anémico censo de habitantes o a retener en la ciudad a quienes la abandonan para comprar una vivienda nueva. Además del hecho poblacional, se imposibilita la contratación directa e indirecta necesaria para levantar los edificios, así como los suministros a los proveedores, y también, los impuestos empresariales que no terminan en las arcas municipales. Lo del Conservatorio de Música lo sumaremos a las obras infográficas. «La incapacidad de nuestros gestores para llevar a cabo las inversiones aprobadas es paupérrima», Blanca Gómez Morante dixit, y algo sabrá de ello. Del Gobierno, hablaremos mañana. Antes, estamos en la necesidad de terminar de digerir el minarete de Serafín Escalante, un chocolate del loro que dicen que ha costado casi 20.000 euros, entre el molar y la juerguecilla inaugural. Ya nos lo contará la ¿oposición?