La resurrección como programa

De estas ideas y otras que se han venido exponiendo en los últimos días, se colige que desde la administración se quiere abrir una nueva etapa de brillantez de la UIMP. La importancia para Cantabria de que esto finalmente resulte así, y de que exista ambición y recursos para ello, apenas puede ser exagerada. El profesor Andradas es un científico reconocido y posee experiencia en una de las gestiones universitarias más complejas, la de la universidad del cisne de plata, institución educadora de tanta gente de Cantabria, incluido el que esto escribe, y donde algunos cántabros han destacado como enseñantes e investigadores.

Ojalá tengamos que agradecer a los ordenanzas y los estudiantes de la Complutense el haber forzado en 2019 la derrota electoral de Andradas por la mínima, frente su competidor, el catedrático de Veterinaria Joaquín Goyache. En cualquier caso, disponer de un catedrático de Álgebra parece oportuno para despejar las muchas incógnitas existentes en las ecuaciones para el futuro de la UIMP. Echa uno de menos la formulación de planteamientos más concretos por parte de nuestro Gobierno autónomo, que tiene las competencias en universidades y sobre todo en desarrollo regional, del que la UIMP constituye un puntal. Esperemos sentados; más vale confiar en lo dicho en Ministerio y en que funcione la resurrección como programa. El 90º aniversario acaba de adquirir, pues, una relevancia de futuro.