Secciones
Servicios
Destacamos
Las disensiones en el Gobierno PSOE-Unidas Podemos se han convertido en tan recurrentes a lo largo de estos dos años y medio de legislatura que amenazan con ser interiorizadas primero por los dos socios, después por el resto del arco parlamentario y en último ... término por la ciudadanía como una suerte de zumbido permanente que, por costumbre, acaba haciéndose soportable. En los tres supuestos, la asimilación de lo que debería ser excepcional como normal resulta, sin embargo, perjudicial para los intereses comunes. Porque un Ejecutivo no puede habituarse al ruido que de tanto en tanto admiten sus miembros, más como una autocrítica atenuada que como la admisión comprometida de la existencia de un problema, sin afrontar el desgaste cotidiano que ello representa para la eficacia y la credibilidad de la gobernación del país. Porque aliados y rivales difícilmente pueden saber a qué atenerse, aunque dé la impresión de que unos y otros pueden acabar beneficiándose de los males de convivencia que aquejan al gabinete de Pedro Sánchez. Y porque los ciudadanos, máxime en un contexto de complicaciones como el presente, necesitan creer en la solvencia y eficacia de las instituciones que rigen la vida pública. Se equivocarían el PSOE y Unidas Podemos si pensaran que cada discrepancia interna, cada desencuentro, puede superarse a beneficio de inventario porque la legislatura avanza aunque sea a trancas y barrancas. Y cuando el foco del pulso se sitúa ahora en una cuestión como el gasto militar en tiempos de guerra, después de haber confrontado ya en varias reformas legales de calado, la divergencia no se limita a un equilibrio de poderes dentro del primer experimento de un Gobierno de coalición en democracia. Alcanza a la propia orientación identificable de la acción gubernamental en su conjunto.
De poco servirá una reunión de seguimiento del pacto como la forzada ayer por la vicepresidenta Yolanda Díaz si esta acaba resultando un paréntesis hasta la próxima fisura, con los Presupuestos para 2023 en el horizonte próximo. Son la estabilidad y la coherencia del Ejecutivo lo que lleva tiempo dirimiéndose. Una congruencia que, al margen de sus divisiones, también padece cuando la precariedad parlamentaria del bipartito le hace apoyarse en una EH Bildu que sigue cuestionando la legitimidad de la democracia española para sacar adelante la Ley de Memoria Democrática, en vísperas del 25 aniversario del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.