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Sin pretenderlo ni esperarlo, de forma espontánea al poner el título a este artículo, como fuerte flujo de viento suave y agradable, me ha llegado el recuerdo de aquellos días, que siendo un adolescente estudiante en Valladolid, me invadía un humor inquieto en tono de ... alegría, porque en pocas fechas me iba a encontrar con la familia. Esta vivencia tan esperada y querida, en ocasiones se hacía excesivamente larga y penosa, con exámenes en las últimas fechas, pero no restaba un ápice el valor del reencuentro con todos los que vivimos desde el día de nuestro nacimiento.

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