Sensatez y control emocional

Una situación inesperada, que surge de forma gratuita, aunque desde 2014 se podría sospechar, nos sorprende, hacemos miles de cábalas imaginativas, a propósito de los motivos, de los objetivos a conseguir, de la prolongación del tiempo de acción, de sus repercusiones, de nuestra cooperación, fórmulas, métodos, proyectos, propósitos,... y sin darnos cuenta la destrucción ha ido aumentando, surgiendo la muerte, junto al desamparo y dispersión de familias, siendo la migración una constante, y lo peor, si es que hay algo peor, es que se habla, o mejor se amenaza, con el uso de armas nucleares. ¿Para el exterminio de todos? ¿Para el final del mundo?

Pero si miramos más lejos, el inadecuado presidente de Corea del Norte, 'chiquillo juguetón', podemos observar cómo coquetea con sus cohetes, que cada día tienen más potencia y mayor velocidad, y a la vista de las imágenes emitidas por televisión sirven para pasárselo bien, reírse literalmente, al verlos volar, y a la vez observar cómo se esconden en refugios los coreanos del sur y japoneses. Esto, si no fuera cierto, es propio de tebeo, de comic, o de ciencia ficción. Grosero, y estúpido, pero es verdad, y ello quiere decir que estamos en manos de personas irresponsables e inadecuadas.

Ante estas situaciones yo sé que no es fácil responder con ponderación. El diálogo se puede mantener entre personas, dos o más, que deseen conversar, además de llegar a acuerdos. Aquí no se da este caso, por lo que de no ser que exista una respuesta, que a mí se me escapa, relacionada con la inteligencia artificial, para inactivar a los enemigos de una sociedad justa, responsable y pacífica, la respuesta es, ¡alerta general!, y hacer en cada momento lo que corresponda.

Esta posición sucintamente expuesta, es propia o específica del momento en que vivimos, llenos de temor y preocupación, algo que obviamente no gusta a nadie, más bien disgusta a todos, y tensiona a muchos, les irrita, les contraria, les provoca rechazo. Por eso que muchas de estas personas como nosotros, pero con sentimientos de resentimiento e ira, y además azuzados por personalidades con rasgos paranoides, narcisistas o sociópatas, la respuesta que nos ofrecen es la esperada: reventar la escasa y frágil paz en la que vivimos, agrupándose y haciendo ruido, proponiendo respuestas, siempre sencillas, rápidas, y eficaces para cada momento, creciendo en número por la facilitación de una vida mejor, mediante la tala inmediata de todos los males, especialmente todo lo que molesta, como los migrantes, o las minorías que tratan de ser reconocidas y respetadas como tales.

Este grupo de sanadores sociales se ha ido desarrollando y creciendo a la sombra de la insatisfacción del momento, este es su caldo de cultivo, siendo numerosos en el centro y sur de Europa, llegando a gobernar en Italia. Nada de esto es extraño, porque responde a una situación cada día más embarrada, en la que participan diariamente «excitando emociones», los partidos clásicos.

Y no es de recibo que aquella nación más poderosa del mundo, y dotada con una democracia madura y bien engrasada, cuente en su cúpula con personajes tan faltos de ecuanimidad, serenidad y solvencia, siendo su prepotencia y soberbia, la que esgrimiendo mentiras, incluso llegan a pretender robar la presidencia, a la persona que había sacado más votos que él.

Esto se ha repetido en Brasil, nación amiga, luchadora, situada en el camino de la maduración de su democracia, es cuando menos vergonzoso, e impresentable, que un presidente no admita su derrota y felicite al ganador, la democracia es así, alternancia en el poder, preparándose cuando nos toca ejercer en la oposición, para llegar algún día a ejercer el poder. Todos tenemos los mismos derechos, y los ciudadanos con sus votos ponen a cada uno donde creen que está su lugar, nadie que se presenta como candidato forma parte de una banda de criminales, ni son asesinos, ni separatistas, todos son iguales ante la ley, y ésta les permite luchar por aquello que deseen, dentro de la Constitución.