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14 de agosto de 1901. Se da por terminada la obra de la iglesia 'nueva'. Había revuelo y ansia por ver hecho realidad el sueño de don Ceferino Calderón. No valía cualquier revestimiento para tan importante día. Varias señoritas, miembros de la Congregación de las ... Hijas de María, trabajaron para confeccionar un terno -se utiliza en las ceremonias solemnes-, de inmenso valor material y espiritual para los torrelaveguenses. El párroco había hablado con las Hijas de María, haciéndolas llegar la necesidad y el deseo de que, con motivo de la inauguración del nuevo templo, y para el traslado del Santísimo Sacramento desde la vieja iglesia de Consolación -entonces en la plaza Mayor, ahora la del 'Grano'- hasta la nueva, se hiciera con toda pompa, para lo que se necesitaría un terno a la altura del magno acontecimiento. Una torrelaveguense, doña Consuelo Ruiz de Villa, se puso al frente de tan peculiar misión, reuniendo el dinero para comprar una riquísima tela de raso y seda blanco e hilos de oro de ley. Se bordó a realce conforme a un dibujo diseñado por la profesora doña Telesfora Ruiz Carrera. El valor material superó las 25.000 pesetas de entonces. En la procesión de la Virgen Grande de Torrelavega se pueden ver estas prendas.
Las que participaron en la confección de esta obra de arte fueron las señoritas Lola y Daría Cacho, Sara Carrera, María García, Matilde González, Ana Guerra, Felisa Miguel, Felisa y María Luisa Revilla, Etelvina y María Rodríguez, Josefina Ruiz Carrera, Paquita Sollet, Esperanza Terán y Rosa Velarde, dirigidas por la maestra doña María Cristina Echevarría, secundada por las señoritas de Pérez del Molino. Este terno se compone de una lujosísima capa pluvial, utilizada por obispos y presbíteros en determinadas ceremonias solemnes. Lo complementan dos dalmáticas de seda también bordadas, abiertas y con dos bandas de tela que bajan por los costados. Igualmente, se hizo un humeral, también llamado paño de hombros para portar el Santísimo Sacramento, al bendecir con él, o para llevarlo en procesión. Y se estreno, hace hoy 121 años. El trabajo, las horas de dedicación de este equipo de bordadoras, forma parte ya de la historia de Torrelavega y se reconoce cada 14 de agosto, durante la procesión de nuestra Patrona.
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