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La cobardía siempre ha existido. La sociedad la ha soportado y ha logrado avanzar manteniéndola como un resignado lastre de nuestra naturaleza, porque sin ánimo y sin valor, cuyas carencias diseñan los prototipos de los hombres y mujeres cobardes, nadie llega lejos.

Hay muchas clases ... de cobardía, como la venial y pasiva que a veces paraliza la acción y nos deja huérfanos de decisiones. Es la que luego nos conduce a la reflexión arrepentida de ¿qué hubiera pasado si me hubiera atrevido a hacer tal o cual cosa? Al menos se reconoce y se expone en un autoanálisis que invita al propósito de enmienda.

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