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Torrelavega nació y se desarrolló con la categoría de ciudad gracias a su posición en el mapa de comunicaciones. Pero esta posición no es un simple dibujo, porque los modos de transporte evolucionan y los espacios económicos se modifican. La pérdida de tracción, de empleo ... y de riqueza de la ciudad ha sido paralela a los grandes retrasos en la actualización de su sistema de comunicaciones. Y el mandato del PSOE y del PRC le está propinando un golpe del que mucho me temo que tarde décadas en recuperarse, si es que lo logra. Sería necesaria otra política muy diferente, que no eternizase los proyectos.
Pues, ¿con quién se conecta Torrelavega? Miremos primero el radio más cercano. ¿Está comarcalizado el Torrebús? No. ¿Está realizada la carretera de Duález a Viveda como acceso alternativo a Suances? Tampoco. (Resulta esperpéntico que se hable de puentes de Polanco a Hinojedo cuando en tantos años ni siquiera se han construido dos kilómetros por terreno llano a la orilla del Saja-Besaya frente a Barreda. ¿Quién se puede creer tales fábulas?) ¿Hay alguna solución para un acceso más cómodo a Sierrallana, tanto peatonal como en transporte público? Pues tampoco. Así, el transporte público de máxima proximidad sigue sin soluciones. Pasemos ahora al de media distancia. ¿Hay un tren decente de ancho métrico para conectar con Santander desde el centro de Torrelavega? No. ¿Está en el horizonte la puesta en servicio de un tercer carril Polanco-Bezana para descongestionar las comunicaciones con la capital autonómica? De nuevo la respuesta es negativa. ¿Está en marcha una lanzadera entre Torrelavega y el aeropuerto para atraer visitantes y proporcionar movilidad sostenible? Tampoco.
Ni siquiera están en obras, ni en proyecto totalmente definido, la integración ferroviaria y una estación intermodal de autobuses aneja. Ni están en obras, ni hay fechas para que tales equipamientos absolutamente necesarios entren en servicio. Tampoco para una zona logística que se ha anunciado para La Hilera, pero que no tiene fecha, para no variar en las costumbres demagógicas de nuestros gobernantes.
Ahora ampliemos el radio de acción a las conexiones de Torrelavega con el entorno de fuera de Cantabria. ¿Sabemos cuándo habrá un tren de alta velocidad con Palencia, Valladolid y Madrid? No. Es posible que ni para 2030 se pueda ver esa obra cumplida. ¿Sabemos cuándo podremos enlazar con Burgos y Logroño o Madrid vía Aguilar de Campoo y la autovía A-73? Otra vez la contestación es negativa. Esta autovía ya no es una prioridad para los que se quedaban roncos prometiendo, unos grados más al norte, la autopista Reinosa-Miranda de Ebro como la gran panacea del porvenir cántabro. Y nuestro alcalde se cruza de brazos omitiendo lo importante que fue siempre para Torrelavega también una buena conexión con Burgos.
Y pasemos ahora la brújula hacia Bilbao. Torrelavega conecta con la capital vizcaína por la A-8 en Solares. ¿Sabemos cuándo se podrá desatascar con un tercer carril el trayecto entre Laredo y Vizcaya? Tampoco, la cantidad consignada en los presupuestos del Estado para 2022 resulta irrisoria. En cuanto al prometido tren, si ni tan siquiera sabemos cuándo podrá terminar la línea de Palencia, ¿qué vamos a esperar de un ferrocarril con Bilbao? Ni para 2050 en el mejor de los mundos posibles. Así pues, del repaso a la gestión del PRC y el PSOE en las comunicaciones que otorgarían valor a Torrelavega dentro del mapa económico de Cantabria y del norte de España, concluimos que ni en las distancias cortas, ni en las medias ni en las estratégicas estamos avanzando nada. La única obra hoy importante la dejó en marcha el ministro del PP Íñigo de la Serna hace ya más de tres años. Desde entonces, todo está parado, todo es incierto. Cuando se acaba el empuje del PP, el carro se detiene.
Creo que los torrelaveguenses tienen que meditar si con estas situaciones políticas no está nuestra ciudad condenada a una inexorable decadencia, como algunos centros industriales europeos venidos a menos y que no han acertado a revalorizar su territorio. Torrelavega no está condenada por ninguna mala ventura, pero es evidente que, si no se produce un cambio total en la manera y el ritmo de actualizar su red de comunicaciones, seguirá perdiendo posiciones. En Santander, esta pésima actitud de PSOE y PRC puede ser contrapesada en buena medida por un ayuntamiento dinámico liderado por el PP. En Torrelavega este contrapeso no existe, y por eso los resultados son pésimos, sin paliativos. Torrelavega está bloqueada y está perdiendo unos años preciosos para poder ser de nuevo un gran 'Cuatro Caminos' y labrarse un futuro en este siglo.
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