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Muchos de ustedes, al leer trabajo social, se preguntarán en qué consiste y a qué nos dedicamos realmente. Los trabajadores sociales nacimos hace más de un siglo en el contexto de la revolución industrial: un proceso de cambio social que generó grandes desigualdades entre ... personas. En este contexto se inició también el debate sobre la necesidad de la intervención pública, comenzando a considerar estas desigualdades como algo colectivo y estructural que requería de la intervención de los Gobiernos.
En este siglo, el Covid-19 inicia una crisis sanitaria de gran complejidad que ha derivado en una emergencia social y económica. En estos momentos continuamos guiando nuestra actuación profesional por los principios de nuestro Código Deontológico; entre ellos destacamos la justicia social, los derechos humanos y sociales, la responsabilidad y el respeto activo a las personas.
Los trabajadores sociales formamos parte de los sistemas de salud, servicios sociales, educación, vivienda, justicia y, por supuesto, también de las entidades del tercer sector. Todas estas administraciones y organizaciones son necesarias para dar una respuesta coordinada, desde la colaboración, al nuevo desafío.
En todos estos contextos somos profesionales de proximidad a la ciudadanía, realizando funciones de acogida, valoración, diagnóstico, información, orientación y evaluación de demandas sociales. Detectamos, analizamos y valoramos situaciones de necesidad existentes en el territorio, es decir, en las ciudades y pueblos donde viven las personas. Somos conscientes de los efectos de esta crisis y del estado de alarma, que ha supuesto la limitación de nuestros vínculos más próximos, como la familia y la participación en comunidad. Esta crisis ha supuesto un gran reto para los sistemas sanitarios, requiriendo cambios a nivel de organización, personal y presupuesto; la crisis social sobrevenida necesita también de un cambio, ya que no podremos dar respuestas ante una situación nueva con las herramientas antiguas.
Tras el reconocimiento de los servicios sociales como servicio esencial por parte del Gobierno de España, ¿podemos decir que el sistema público de servicios sociales ha comenzado a atisbar un cambio en este contexto? Durante estas semanas, los trabajadores sociales hemos conversado con muchas personas y familias de Cantabria, con diferentes dificultades relacionadas con necesidades básicas como la alimentación o la vivienda ante el inminente desempleo, con personas en situación de soledad y con personas cuidadoras de familiares en situación de dependencia y discapacidad.
Todas estas personas son importantes, y es necesaria la implementación de nuevas políticas sociales que, a largo plazo, respondan a las nuevas demandas; estas reflejan la necesidad de recibir respuestas inminentes relacionadas con la concepción de los cuidados, las redes de apoyo y la inestabilidad económica.
Desde nuestro colegio profesional conocemos que los trabajadores sociales, en palabras de nuestra pionera Concepción Arenal, están «multiplicando fuerzas» para dar respuesta con su trabajo diario al súbito aumento de la demanda, en la mayor parte de los casos, sin medios personales ni recursos adicionales.
Más de cien años después de nuestro nacimiento nos encontramos con administraciones que, pese a los esfuerzos realizados, no facilitan los medios necesarios para trabajar en este escenario, en la distancia. En definitiva, para acompañar a las personas, para sentirnos cerca.
Cada día, trabajamos con diferentes crisis de tipo personal, social, económico y familiar. El Covid-19 también ha supuesto un nuevo contexto para nuestra actividad profesional, condicionado por varios factores como el modo de relacionarnos con las personas, los medios de trabajo disponibles, los recursos asignados, los tiempos de respuesta y el número de profesionales. Está en juego nuestra propia capacidad de adaptación al cambio, clave de nuestra actividad profesional. Adaptarnos como profesión no es tarea fácil, requiere combinar la capacidad de autocrítica y la necesidad de contribuir a generar soluciones ágiles con una visión integral. Una visión común que aúne la articulación de la legislación con los servicios, la relación directa de las prestaciones con la ciudadanía y, todo ello, sin descuidar unos procesos que deben ser accesibles. Los profesionales del trabajo social conocemos la realidad social a partir de la experiencia diaria, siendo figuras de coordinación y diálogo que unen la administración pública con su ciudadanía a través de los servicios sociales.
Más de un siglo después de nuestro inicio en los barrios construidos a los márgenes de las nuevas desigualdades derivadas de la industrialización, seguimos apostando por el trabajo social comunitario y por un sistema público de servicios sociales que responda a las necesidades reales. Nuestras fuerzas profesionales se multiplican para vislumbrar un horizonte de recuperación de la capacitación de la ciudadanía en el acceso, uso y participación de las redes de apoyo y sus vínculos, las cuales son la primera respuesta en situaciones de emergencia como la actual; un indicador que, junto con derechos sociales reconocidos a corto plazo, garanticen que ninguna persona quede atrás.
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