Secciones
Servicios
Destacamos
Cantabria en fase tres de 'desescalada' está en la última frontera. Logro conseguido entre todos de cara a esa 'nueva normalidad' que durará lo que quiera el Covid-19. A la espera de que se autorice mayor movilidad, la palabra de moda es la «cogobernanza», ... al devolver a la región gran parte de sus competencias. Prudencia y geoprevención sin vacuna ni tratamiento efectivo supone pasar del dilema, entendido como blanco o negro (confinarse o 'desescalar', pasar o no de fase, etc.), a buscar soluciones a problemas (con grises dentro de realidades complejas), pues todo dilema es un problema mal planteado. En este escenario insólito e incierto llevamos un siglo sin ver como una economía se para por completo y pasa a resetearse, quién sabe si en forma de W o V («lámpara de Aladino»).
Como si en una carrera de Fórmula 1 hubiese salido el coche de seguridad ante un accidente inesperado y el tiempo se hubiese parado. No todos conducen coches de alta gama y, dado que el tiempo es un valor, es necesario paliar la polarización social y la pobreza. La paradoja es que menos del 10% de personas mayores ha visto afectada su renta por la pandemia frente a cerca del 60% de jóvenes a los que les perjudicó.
Todo lo contrario a cómo ha atacado el virus: más a los primeros que a los segundos, siendo dicha inminencia del riesgo (salud) frente al diferimiento de amenaza (pobreza) la que explica esa diferencia. Así, al igual que debería mantenerse el uso de la mascarilla, es la urgencia quien sustituye a la prudencia. Es preciso comprobar cómo la movilidad afectará al Covid-19 teniendo preparados 'Plan B' y reservas estratégicas ante rebrotes. Queda mucho por hacer.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.