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Con la película 'Mientras dure la guerra', dirigida por Alejandro Amenábar, se ha propiciado la revisión de la indispensable figura de Miguel de Unamuno y el acercamiento a un escritor y filósofo que es figura imprescindible de la Generación del 98 y testigo de la ... doliente historia de España. Su relación con Torrelavega –personal y literaria– se contextualiza en su fraternidad con el médico Bernardo Velarde, hermandad cultivada en su finca familiar de Tanos, lugar de encuentro de la intelectualidad republicana en el primer tercio del siglo XX. Su primera visita a Torrelavega se sitúa en 1923, alojándose en el Hotel Fonda de Tiburcio Bilbao, donde trabó amistad, entre otros, con el doctor Velarde. Comenzaba así una relación personal con esta familia, pasando a ser Unamuno su huesped en 'El Refugio', casona a la que rebautizó como 'Augenweide' –deleite/pasto para los ojos, en alemán– ya que en su zaguán, donde le gustaba recostarse con el San Bernardo 'Barry' a sus piés, tenia como fondo el perfil del mítico Dobra, el más conspicuo pico de los de la Sierra de los Hombres. 'Augenweide' fue el título de su poema a la cima 'La Capía' y que Manuel García Blanco, en su obra 'Don Miguel de Unamuno y sus poesías' (Ed.Universidad de Salamanca, 1954), fecha en Torrelavega el 6 de julio de 1930. Del mismo modo dejó otro recuerdo en los versos que compuso al saber de la muerte de 'Barry', el perro de Velarde, que le acompañaba en su descanso taniego. Además de estos testigos literarios queda la frecuente correspondencia epistolar entre los dos amigos. Al margen de fotografías, poemas y epistolarios, Miguel de Unamuno dejó dos vestigios físicos en Tanos. Cerca de la casona de Bernardo Velarde (ahora, un restaurante) sigue clavada una piedra de buen tamaño en la que está tallada la palabra 'Augenweide' que mandó cincelar el médico, y muy cerca, un mojón con la inscripción 'Cruce de caminos', debajo una cruz, y las iniciales 'M de U', regalo de Unamuno a Torrelavega. Por su parte, el doctor Velarde visitó al filósofo en su exilio voluntario en Hendaya, y ambos, a Rafael Unamuno Lizárraga, hijo del escritor, primer internista de Oftalmología en la Casa de Salud Valdecilla. A pesar de esto, Miguel de Unamuno no tiene una reseña en Torrelavega, mientras que son decenas de ciudades españolas las que le evocan en su callejero. Javier González e Íñigo Echegoyen, de la Universidad de Cantabria, la solicitaron en 2012 pero se llevaron una sorpresa al comprobar que el Pleno ya lo había aprobado ¡en 2001! pero que 18 años después aún no se ha materializado ni protegido los dos hitos… «Y busco en todos los cajones no vaya a ser que se esconda el aire» (Resucito/Despistaos).
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