Secciones
Servicios
Destacamos
Considero que hay dos tipos de aprendizaje en la vida personal y profesional de una persona. Ambos precisan, para que así se consolide, de que lo aprendido se llegue a interiorizar y provoque un cambio o transformación que haga ver el estado de las cosas ... de un modo diferente.
El primero se consigue cuando uno afronta una decisión, de tipo práctico, y el resultado no es el apetecido. Como bien dice la frase: unas veces se gana y otras..., se aprende. Este aprendizaje de prueba y error, permite el análisis de la parte o las partes que no han salido como esperábamos y la razón de que así sucediera. Si al intentar, no al fracasar, somos conscientes de discernir entre el acierto y el error, seguramente no volveremos a incurrir en ese error; estadísticamente, tendremos menos posibilidades de equivocarnos en lo mismo.
El segundo modelo de aprendizaje, el más habitual, consiste en que un experto, alguien con mayor conocimiento que nosotros, nos aporte ideas, experiencias y quizá sabiduría para que, a futuro, minimicemos los errores que pudiéramos llegar a cometer, gracias a los conocimientos que hemos recibido.
En ambos modelos se requiere humildad para ser conscientes de lo que tenemos que aprender; de otro modo estaremos condenados a cometer siempre los mismos errores. Hay muchos profesionales, empresarios y emprendedores que el éxito conseguido les puede provocar la falsa sensación de que no necesitan a nadie para complementar su actividad; lo que no se dan cuenta es que, muchas veces, los logros podrían haber sido aún mayores contando con ayuda experta y profesional. Es muy acertada la famosa sentencia de Henry Ford que decía: «Sólo hay algo peor que formar a tus empleados y que se vayan... No formarlos y que se queden». O esta otra de Derek Bok (exrector de la Universidad de Harvard): «Si crees que la formación es cara..., prueba con la ignorancia». La pasada semana Google destacaba un crecimiento del 317% de las búsquedas de «Formación en empresas».
Con la experiencia propia aprendemos del pasado y con la experiencia de otros aprendemos a acertar con los hechos en el futuro. Por mi profesión, desde hace más de 30 años, ayudo a otros a mejorar sus competencias para que sus actos contengan una buena dosis de aciertos. Lo curioso es que cuando eres formador, incluso cuando formas a otros que puedan formar internamente en las empresas, uno también aprende. Siempre que tengas una visión con apertura mental a aprender de otros te impregnarás de sus conocimientos y serás mejor persona y profesional y el resultado sólo lo constatarás bastante tiempo después; cuando uno siembra no recoge al momento, sino después.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.