No hay varitas mágicas

Esta afición no se merece que sus futbolistas perpetren un partido tan infame el día más importante del año. Esta vez no hubo ni fútbol ni arrestos para imponerse a un rival que no le ganaba a nadie fuera de casa. A José Luis Oltra se le cayó la venda de golpe y se le vio desesperado en la banda, impotente como sus predecesores, ante la falta de calidad y de recursos de esta plantilla. Una cosa es predicar y verlo por la tele y otra dar trigo y darte cuenta de que lo que ha pasado durante seis meses no es mala suerte.

Si después de tres entrenadores y treinta jugadores la varita mágica es apostar por David Barral, ya está todo dicho y suena a desesperación. Sólo quedan tres meses de Liga y los números ya empiezan a ser imposibles. Al menos sería bueno que empezasen a aparecer en el primer equipo algunos jóvenes que tienen que ser importantes en la reconstrucción futura. A los que están ahora ya los hemos visto demasiado y, sinceramente, muchos no se merecen más oportunidades. no era mal momento para echar al 'prao' a alguno de esos a los que no se atrevieron en su momento pese a que los jugadores del prime equipo habían dado argumentos suficientes para mandarlo lejos o al menos, a la grada.