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La comedia francesa 'Intocable', estrenada en 2011, fue un auténtico fenómeno dentro y fuera de su país de origen. Su éxito de taquilla a nivel internacional confirmó que Francia sabe cuidar su cine y apuesta por todo tipo de géneros y sensibilidades, perfectamente exportables cuando ... se da el caso. Años más tarde, en 2014, aguantó muy bien en la cartelera, haciendo números, ganando enteros, otra propuesta similar, 'Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?', que vivió una continuación, 'Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho ahora?'. Ahora visita la cartelera una tercera entrega, 'Dios mío, ¿pero qué nos has hecho?', donde repite Philippe de Chauveron a los mandos, también co-escribiendo el guion junto a Guy Laurent, exprimiendo al máximo el humor de contraste. El matrimonio protagonista aceptó en la película original que sus hijas se casasen con un musulmán, un judío, un chino y un africano, dando pie a curiosas situaciones, retratadas con simpatía. Después llegó una nueva crisis de la mano de una secuela donde las cuatro parejas querían abandonar el país para buscarse la vida en el extranjero. Esta vez la historia se centra en el cuarenta aniversario de boda de los veteranos protagonistas. Su descendencia decide organizar una gran fiesta sorpresa en la casa familiar e invitar a todos los allegados a pasar unos días. El histriónico y entrañable Christian Clavier ('Los visitantes no nacieron ayer') encabeza de nuevo un reparto coral que completan Chantal Lauby ('La jaula dorada'), Ary Abbitan ('Con los brazos abiertos'), Medi Sadoun ('Mea culpa') y Élodie Fontan ('Misión País Vasco'), entre otros artistas.
«El humor, cuando descansa sobre temas universales, puede funcionar en todas partes», explica el director, preguntándose por el indudable éxito del primer filme de la trilogía, recibido con algarabía (alcanzó más de 12 millones de espectadores en Francia y 1,3 millones en nuestro país). La taquillera comedia fue aplaudida por la crítica por presentar una supuesta lectura política de la cual su autor reniega. «La gente tiende a ver todo tipo de mensajes en un film, pero mi único objetivo, cuando escribo, es hacer que el espectador se tronche de risa», señalaba al respecto. «Me encanta ironizar acerca de todos los temas posibles, no quiero que me recupere nadie. De haber un mensaje, éste sería: vivimos todos en el mismo país, ¡razón de más para que procuremos que todo vaya bien y que todos podamos ser felices!». Los defectos de los personajes y los inevitables enredos buscan la complicidad del espectador. Se exageran para provocar carcajadas en la platea, uno de los principios del género, con lo cual el trabajo del reparto principal es esencial. La fórmula de este tipo de comedias francesas –todas anunciadas como la mejor de la temporada- no es inalterable cuando cruzan la frontera, no funcionan exactamente igual en otros países, aunque suelen defenderse bien. A ver qué pasa con 'Dios mío, ¿pero qué nos has hecho?' en la cartelera durante este extraño verano.
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