'Sobrenatural': el cierre del negocio familiar
Decimoquinta y última temporada ·
La serie baja la persiana definitivamente con un final melancólico y lírico después de 15 temporadas en antenaSecciones
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Decimoquinta y última temporada ·
La serie baja la persiana definitivamente con un final melancólico y lírico después de 15 temporadas en antena'Sobrenatural' llegó a su fin el pasado miércoles con su capítulo 320, titulado 'Carry on'. Un episodio que cierra toda la mitología de la serie y la historia de los dos hermanos, siempre en el centro de la narración, siempre ... lo más importante. Y es que el amor, la amistad y la familia han sido los ejes sobre los que ha girado 'Sobrenatural' desde su estreno. De las leyendas urbanas y las minipelículas de terror de cada semana a la mitología religiosa basada, sobre todo -y según afirman los creadores-, en los textos bíblicos, pero también en otros textos cristianos y en los de otras religiones de distintos países. Todo ello ha conformado el esqueleto fantástico de la serie.
Esta sesión final ha resultado un homenaje a la mística y a los fans de todas las etapas por las que ha pasado la serie. No importa si te gustaron más los dos primeras temporadas, con sus historias urbanas o si preferías esas entregas en las que ángeles y demonios se disputaban en control de los hermanos y del mundo. O sí, por el contrario eras partidario de la sexta temporada en adelante con una expansión que, en ocasiones resultó sobreactuada y otras brillante – veáse la caída angelical-. La última etapa, marcada por la llegada de Jack, supuso un nuevo frente y nuevos conflictos que han resultado clave para el cierre.
No importa si abandonaste la serie hace diez años. El capítulo final puede verse de manera aislada. Comienza con los dos hermanos lanzándose a la caza de un grupo de vampiros después de haber restaurado el mundo -la conclusión del conflicto de esta temporada tuvo lugar en el capítulo anterior-. En la lucha, los dos hermanos salvan a otros dos hermanos secuestrados por estas criaturas estableciendo un paralelismo bastante evidente. Durante la refriega Dean acaba ensartado con una barra de hierro o similar (se supone) y muere de la manera que esperaba y quería, cazando. Eso sí, antes le da tiempo a dar un discurso sobre lo harto que está de pactos y resurrecciones y pide a Sam que le deje ir. El hermano pequeño cumple y a partir de ahí llega un epílogo que ocupa más de la mitad del metraje.
Mientras Dean llega al cielo, mejorado por Jack, el nuevo Dios, y se da un paseo en el Impala que dura años, Sam hace su vida junto a una mujer a la que no vemos y tiene un hijo al que llama Dean y enseña el negocio familiar: salvar gente y matar cosas. Por fin puede llevar una vida medio normal aunque no logra librarse de su deber de cazador. Cuando Sam muere se reencuentra con su hermano en el cielo. Y ahí acaba el camino. A todas estas escenas las acompaña una versión más suave del tema que ha acompañado a los Winchester desde la segunda temporada: 'Carry On My Wayward Son'.
Se habló de que la pandemia había cambiado los planes de rodaje del final 'Sobrenatural'. Se tenía prevista una escena en la que se reunieran todos los personajes -o al menos una gran parte-, algo que tuvo que cambiarse. No es descabellado pensar que ese momento era un reencuentro en el cielo que se tuvo que sustituir finalmente por el viaje de Dean en el Impala.
El episodio -toda la temporada en realidad- ha presentado imágenes de las primeras temporadas para explotar la añoranza por los orígenes de la serie y que encajan con ese final al más puro estilo 'El señor de los anillos'. Es decir, no del todo triste, menlancólico, poético, lírico, aunque algo más explícito que el de la obra de Tolkien. El plano contrapicado en el que los dos abren el maletero del Impala se ha sobrepuesto un par de veces durante la temporada. Pero no solo eso, si no que la ropa que llevan en el episodio 'Piloto' y 'Carry on' es la misma.
La conclusión ha sido coherente y bien hilada. Eso es innegable. Poco se le puede reprochar tanto al episodio como a decimoquinta temporada. Eso sí, el maquillaje para Sam en la vejez deja entrever la falta de presupuesto con el que 'Sobrenatural' ha estado funcionando desde hace tiempo. Pasa igual con los efectos especiales desde hace ya varias temporadas. Porque hace años que CW -la cadena que la emite originarialmente- redujo el dinero al mínimo cuando la serie comenzó a desviarse del camino y a bajar en audiencia. A pesar de las dificultades se ha mantenido en antena gracias al apoyo de unos fans fieles como pocos.
La última temporada tenía que cerrar los frentes que permanecían abiertos. No muchos, pero sustanciales. La ya mencionada relación entre Sam y Dean debía llegar a una conclusión. También la historia creada en la penúltima temporada: matar a Dios y conseguir el libre albedrío para todos. Y es que la idea de Dios como un escritor o un guionista que juega con el destino de los personajes es toda una vuelta de tuerca a la idea que tenemos del creador. Y es que 'Sobrenatural' lleva jugando con esta idea desde la temporada cuatro, cuando Chuck -Dios se llama Chuck, sí- dice que está esperando una llamada de Magda, lo que podría ser una referencia a María Magdalena.
La fe inquebrantable no en Dios sino en la propia valía, la voluntad del ser humano para superar los retos más fantásticos e imposibles es otra de bases de 'Sobrenatural'. El destino, aunque esté escrito se puede cambiar. Esa es una idea aterradora y optimista a partes iguales. Da igual lo que quieran los ángeles, los demonios, la muerte, incluso Dios. Cada persona es dueña de su futuro, se puede crear ese futuro. No hay por qué seguir las reglas marcadas.
Sin embargo, a este final se le puede encontrar una mancha. La vuelta final de Lucifer, el ángel rebelde por excelencia, el que defendía la libertad de elegir y al cielo por encima de todas las cosas recula y se dedica a hacerle la pelota a papá Dios para volver a ganarse su favor. Una decepción, un giro final tremendo para uno de los mejores personajes de estos 15 años.
'Sobrenatural' se despidió con un especial de poco más de cuarenta minutos que, en la línea de esta última tanda de episodios, cuenta con actores que pasaron por la serie y de Erick Kripke, el ideólogo que abandonó después de la quinta temporada y que ahora se encuentra inmerso en 'The Boys'.
Kripke explica cual fue su idea principal como creador: quería una serie en la que las leyendas urbanas, que tanto le apasionan, fueran el eje principal. También su rechazo a incluir ángeles en las tramas: «¿Para qué quieres a un ser tan poderoso que con un toque lo pueda arreglar todo?». Él mismo respondió a su pregunta a partir de la tercera temporada: «Haciéndolos gili******». Y así fue, los ángeles pueden ser más malos que los demonios lo que, unido a su origen divino los hace bastante más implacables. Su empatía con la raza humana es nula.
El especial repasa diferentes aspectos de la serie: la relación entre Sam y Dean, los vínculos familiares escogidos, algunos de los grandes personajes de la serie -Castiel- y, por supuesto menciona esos episodios que se convirtieron en seña de identidad. Ellos los llaman 'meta', o sea, metarreferenciales, pero en España se conocen como 'chorriepisodios'. Un nombre que, seguramente, no les haga justicia. 'The french mistake' es la piedra filosofal de este subgénero dentro de 'Sobrenatural'.
Se menciona, como no podía ser de otra manera, el tema del destino. Su lucha contra él: «Realmente nada está escrito» porque como dijo Chesterton «lo fantástico de los cuentos de hadas no es que nos digan que los dragones existen, sino que podemos vencerlos». Imagina que puedes vencer a Dios.
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