Un encierro limpio y sin heridos de consideración abre las fiestas de Ampuero

Como suele ocurrir en estos casos, algunos de los corredores echaron en falta algo más de emoción en forma de velocidad y derrotes. Pero incluso así marcharon contentos. Porque el retorno de los toros a Ampuero tras tres años de ausencia ya era motivo suficiente para estar satisfechos. Los habituales volvieron a verse las caras y recobraron esas sensaciones tan particulares que les abordan a partir del estruendo de la tercera bomba. Esa que anuncia que ya no hay vuelta atrás. Y que anticipa la salida de la plaza de los morlacos.

Aviador, Sureño, Chorreado, Fogonero, Tintero y Remolón encontraron acomodo en el vagón que los cabestros les brindaron para transitar por la villa de Ampuero. Su nobleza, sin lanzar ningún derrote hacia los mozos que trotaban a su costado, permitió que la Pamplona Chica recobrase la confianza ante la vuelta al cole taurina. En el largo de regreso, con el resbalón de uno de los cabestros, se pudo ver a dos de los toros abriendo manada y despejando el recorrido. Sin mayor novedad hasta la plaza de toros. Únicamente un tropiezo a la altura del estanco dio con uno de los mozos habituales en el asfalto. Para él fueron las únicas atenciones sanitarias que el dispositivo de la DYA hubo de procurar por causa del encierro.

Si en las aulas el día de regreso sirve para exhibir los estuches recién estrenados, en Ampuero también hubo novedades. El nuevo asfalto bajo el que se esconden las obras de remodelación de la calle Comercio, superó con nota la prueba en seco. En cuanto al vallado, también renovado en casi la totalidad, sólo pudo juzgarse por la solidez y robustez que aparentan visualmente sus postes y tablones. Pese a los cambios, hay cosas que, por fortuna, no varían. Como el aspecto de los balcones, a rebosar de espectadores. El ambiente de las charangas en los minutos previos a que salga la manada, ajenos al zafarrancho del que son avanzadilla. Y la narración de Wizo, la voz del encierro, capaz de presentar la alineación de los morlacos como en una noche de 'Champions' mientras desgrana los consejos de seguridad para que las encerronas se desarrollen con la mayor tranquilidad posible.

Mientras en casi todo el país se vivía la normalidad de las doce del mediodía de un jueves laborable, Ampuero se aprestaba a recuperar una de sus señas de identidad. Esos encierros que les han conferido fama internacional. Esa cita que pone el corazón en un puño a quienes se sitúan en el carril reversible entre vallados. Todos dispuestos a culminar el sprint de sus vidas. Todos confiados en que podrán sumar una muesca más en su particular contabilidad de comparecencias. Quedan tres carreras por delante. La lógica dice que la afluencia irá en aumento hasta el domingo. Muchos metros por recorrer ante los ojos de quienes a ratos contienen la respiración, a ratos gritan presagiando un peligro o celebrando la bonita carrera que acaban de ver. Volvieron los toros a Ampuero. Ya estamos todos.

Este viernes, el sábado y el domingo (los tres días a las 12.00 horas) se celebrarán los siguientes encierros previstos en estas fiesta de la Virgen Niña.