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Ana del Castillo
Santander
Miércoles, 27 de julio 2022, 14:14
El ganador del primer Campeonato Mundial de Comedores de Sobaos, el valenciano Anier Gozálvez, se enfrentó al atracón de ayer en Ambrosero con el estómago vacío y después de dos horas de deporte, una corriendo y otra de tonificación con pesas, mancuernas y demás. ... No fue un plan orquestado para enfrentarse con más ganas al atracón, entrena a diario. Hace mucho deporte. Por eso ha pasado la noche sin pena ni gloria. No hubo retortijones ni carreras al baño: «Como mucho y suelo cenar más, así que no tuve ningún problema».
Ya desde Madrid, Anier (de 70 kilos y 1,80 de estatura) cuenta a este periódico que lo de venir a Cantabria con el estómago vacío tampoco fue una excepción por el concurso. Este opositor de 25 años practica la autofagia, más conocido como ayuno intermitente, y la única comida que hace al día es la cena, aunque suele ser más saludable y variada que la de anoche. «Tomo cafés sin azúcar y agua durante el día y ceno bastante más que ayer y me tomo más tiempo», dice en tono irónico. Y es que Gozálvez consiguió el primer puesto gracias a que se zampó diez sobaos de los grandes en seis minutos. Y se quedó tan tranquilo. Al rato cogió el coche y de vuelta a la capital de España, donde reside y estudia una oposición.
Si hay algo que cambiaría del día de ayer es la improvisación. No del concurso, sino de la gestión de su propio tiempo. Salió en coche -él solo- a las dos de la tarde de Madrid; llegó a Cantabria a las siete; participó en el concurso una hora más tarde y con la misma volvió a Madrid. A las tres de la madrugada ya estaba en casa para pasar la sobrecarga de azúcar, harina de trigo y mantequilla. «Me hubiese gustado pasar más tiempo en Cantabria para conocerla mejor porque lo poco que vi me pareció muy bonito. Me quedé con ganas de visitarla».
Los cántabros, que llevan toda una vida comiendo este manjar, que lo mismo se desayuna que se merienda o cena, se preguntan cómo pudo pasar tan rápido los más de 1.200 gramos de sobao. El truco de Anier fue sencillo, aunque difícil de ejecutir si tienes un estómago delicado: cortar en trozos el sobao e ir mojándolos en agua. Una estrategia que le sirvió para ser el mejor de los 30 concursantes.
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El segundo puesto, fue para Asier Ortega, un vecino de Guriezo, que también se llevó la distinción al mejor cántabro con ocho sobaos. El bronce, con siete piezas, fue para Nicolás Pavón. La organización también distinguió a la primera mujer, Ana Rosa Solano, y al mejor vecino de Bárcena de Cicero; ambos con cuatro sobaos.
¿En qué gastará los 300 euros de premio? «En vacunar a mis gatitos. Tengo dos y son muy pequeños», señala Anier. Este joven es tímido y le cuesta expresarse, pero el brillo de su voz le ayuda a reflejar lo contento que está por haber visitado Cantabria -aunque le quede una cuenta pendiente con ella-, por haber ganado y por haber vuelto a comer sobaos. «No los comía desde que era pequeño y están muy ricos».
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