¡Al rico cocido montañés!

Los integrantes de las peñas locales afrontaron la jornada dominical con un madrugón para tenerlo todo a punto en el Parque del Riego. La víspera les tocó dejar las alubias a remojo, tal y como mandan los cánones. Los embutidos que formaron el compango también comparecieron en la previa para verificar cantidad y calidad con la naturalidad de quienes se saben al dedillo los entresijos para bordar una receta tan popular como delicada. A las nueve de la mañana las gigantescas ollas entraron en ebullición y sólo se tomaron un respiro pasadas las 12:15 del mediodía. En ese momento, a falta de dos horas para su degustación, el cocido se sometió al necesario reposo para apreciar cada ingrediente en todo su esplendor.

Poco antes de las 14:00 horas comenzó a formarse una kilométrica cola para hacerse con el contenido de los perolos perfectamente emplatado con sus sacramentos. Una vez más, los voluntarios de Protección Civil colaboraron con el operativo, mientras la charanga de la Peña San Juan amenizó el trueque de los vales por las raciones. A la hora de su degustación, unos optaron por quedarse en la campa, y otros prefirieron hacerlo en casa ante la inestable meteorología.

Mezclados entre las peñas, el alcalde Javier Incera, y la concejal de Festejos, María Eugenia Castañeda, sólo tenían palabras de agradecimiento para quienes volvieron a bordarlo en los fogones. «Sin las dos peñas locales sería imposible realizar estos actos. El trabajo que hacen es impagable, invierten muchísimas horas para el disfrute de todos los vecinos, y lo mejor es que siempre están dispuestos a todo lo que se les pida», subrayaba Castañeda. La edil se mostró exultante con el desarrollo de las fiestas iniciadas el jueves, con el pregón, el concierto de Tamara y la quema de la hoguera. «La participación ha sido altísima en todas las actividades, hemos vuelto a niveles del 2019. Estamos muy contentos porque todo ha funcionado como esperábamos», concluyó.