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Apenas ha comenzado la temporada de verano en Los Corrales de Buelna y los vándalos ya han puesto su mirada en las piscinas descubiertas del complejo municipal deportivo, como sucedió en septiembre del año pasado, cuando se repitieron los ataques a esas mismas instalaciones ... . Esta vez, de nuevo, el responsable de las piscinas, Ricardo Martínez, se encontró con todo tipo de material tirado al vaso principal, además de los destrozos causados en duchas, cercado y mobiliario. Bancos, hamacas, mesas, sillas, cubos de basura, hasta un remolque e incluso el futbolín del bar acabaron en el fondo del agua. Aunque lo que más preocupa, por la mala intención que entraña, son los cristales de botellas rotas arrojados a la piscina usada por los más pequeños.
La rápida intervención de Policía Local y Guardia Civil ha llevado al instituto armado a acelerar la investigación y cercar a los posibles autores de los hechos. Algo que pondría fin a la preocupación principal de los responsables de las instalaciones, la repetición de los ataques cada pocos días, como sucedió al final de la temporada pasada.
La inmediata respuesta de las Fuerzas del Orden fue paralela a la de los trabajadores del complejo municipal, prestos a reparar los daños para reabrir las piscinas y no perjudicar a las muchas personas que se acercan cada día para disfrutar de las instalaciones. De tal forma que a la hora de apertura (las 12 del mediodía) todo estaba en perfecto orden para su uso, a excepción del material roto, que se repondrá este misma semana.
En el último acto de violencia contra las instalaciones deportivas públicas, en septiembre del año pasado, además de los destrozos en el material de las piscinas se llegó incluso a arrancar varios aspersores de riego del campo de fútbol, se rompieron varios carteles publicitarios y, por cuarta vez el año pasado, se tiraron a las piscinas desde sombrillas a hamacas, vallas, material de limpieza, incluso las pesas para aguantar las sombrillas y las escaleras de salida del vaso, desencajadas de la orilla y rotas, como las duchas del exterior. También entonces rompieron parte del mobiliario del servicio de hostelería de esas instalaciones, una acción que, por otra parte, también se repitió en varias ocasiones el pasado verano.
De todas formas, no ha sido el único episodio reciente de vandalismo en instalaciones públicas. Durante el pasado verano también se provocaron destrozos en los locales de las instalaciones deportivas de San Andrés, en Somahoz, rompiendo las ventanas del edificio de una zona de ocio en la que antes se había averiado intencionadamente la instalación de alumbrado.
Históricamente, las instalaciones de San Andrés habían sido hasta ahora las más afectadas por los destrozos. Con un amplio aparcamiento y las expectativas de convertirse en una de las áreas de ocio, deporte y familia más importante del municipio, las intenciones de sucesivos equipos de gobierno se enfrentaban contra el muro de quienes no respetaban nada. Lo que era una pista polideportiva y una zona de barbacoas y mobiliario rústico se complementó con locales, vestuarios e, incluso, una piscina de verano que se llenó durante su primer verano, en 2001. A partir de ahí, las instalaciones sufrieron ataques sistemáticos que terminaron por cerrar la piscina en abril de 2014.
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