El temporal pega un mordisco a una de las paredes de la torre medieval de San Telmo

«La ventana de San Telmo está en el corazoncito de todos los vecinos de Tagle y Ubiarco», señalaba ayer el alcalde de Santillana del Mar, Ángel Gutiérrez, para describir el aprecio que los vecinos de su municipio y del de Suances (al que pertenece Tagle) tienen por estas ruinas medievales que hacen de línea divisoria entre ambos territorios. De hecho, en el último Pleno del año en Santillana del Mar celebrado la pasada semana se dio cuenta del estudio realizado por el Instituto Geográfico sobre las lindes entre ellos, dando la razón a Santillana de que San Telmo siempre ha sido suya, dejando atrás la duda sobre su origen territorial, a pesar de que la fortaleza también se conoce como Torre de Tagle.

San Telmo es una fotografía fija con balcones al Cantábrico. Sus dos paredes han sido escenario de rodajes cinematográficos y no se entiende la ermita de Santa Justa (Bien de Interés Local) sin esta fortaleza medieval en las alturas. El temporal de los últimos días ha acabado por echar por tierra un buen mordisco de muro, aunque dejando en pie parte de las dos paredes. El regidor avisaba ayer a los paseantes y vecinos que «es peligroso» ahora cumplir con la tradición de «mirar por la ventana de San Telmo» por lo que advertía «que no se acerquen a verlo», puesto que la ruina aún no ha sido evaluada por los técnicos y tampoco está asegurada convenientemente.

En este sentido, Gutiérrez explicó que «mañana mismo» –por hoy– el técnico municipal inspeccionará su estado. «Debido al temporal aún no ha sido posible acercarse a ver la estructura», explicaba a preguntas de éste periódico. Asimismo incidía el alcalde en que el Ayuntamiento de Santillana del Mar es el primer interesado en tratar «con muchísimo cuidado» la ruina porque se trata de un emblema local, y que también se expondrá el caso a Patrimonio para ver lo que se puede hacer con vistas a reforzar y conservar las paredes que quedan en pie.

Sólo quedan ya dos lienzos de lo que fueron las cuatro paredes de la Torre de San Telmo, una antigua atalaya medieval «que sirvió de observatorio y punto de referencia para los navíos, así como de bastión y defensa contra las invasiones». Así lo describen en la página de la Lista Roja del Patrimonio de la Asociación Hispania Nostra y que sitúa sus orígenes en 1632, fecha aportada, a su vez, por el historiador Javier Ortiz Real, que cita una Cédula Real en la que se señala dicha fortaleza o 'Mota Justa' como uno de los sitios que conforman el complejo defensivo costero.

También se alude en el escrito a que la denominación de San Telmo ha convivido con el de Santa Justa desde la época medieval, al atribuirse a este santo un milagro por el cual salvó a varios pescadores del naufragio en esta costa, cuando se dirigían en peregrinación hacia Santiago de Compostela.

En los días más despejados, la tradición del paseante es fotografiar los Picos de Europa juntando el mar y la montaña desde uno de los dos pequeños ventanucos que aun conserva una de esas dos paredes que aún siguen en pie y que han sido testigos de naufragios y leyendas marinas durante varios siglos. Una costumbre popular la de realizar esa fotografía que se ha puesto ahora en cuarentena hasta que las Administraciones hagan su diagnóstico de cara a mantener este pedazo de patrimonio local en pie.