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Un tramo de la playa de San Juan de la Canal, en Santa Cruz de Bezana, fue cerrado al baño esta tarde debido a la presencia de una extraña gelatina en el agua, cuyo origen está aún por esclarecer, aunque todo apunta que se ... trata del proceso natural de algún tipo de microorganismo presente en el mar y se descarta que tenga que ver con vertidos o productos químicos o externos.
Fueron los primeros bañistas de la segunda mitad del día los que advirtieron al servicio de salvamento y socorrismo de la Cruz Roja de que algo pasaba en la parte derecha de la playa –donde el agua suele estancarse– porque, tras bañarse, les había aparecido picor en la piel. En concreto, media decena de personas acudieron al puesto de los vigilantes, aquejadas por el mismo síntoma, que desapareció tras poner la piel en contacto con el agua dulce. Para entonces, la orilla estaba plagada de una especie de espuma, que podía apreciarse a simple vista. Cruz Roja acotó, como medida de precaución, ese tramo de playa colocando banderines de color rojo en la orilla y recomendando, por tanto, la prohibición del baño en esa zona. En el resto del arenal, el que pertenece a mar abierto, reinó la normalidad de un día placentero de playa.
Sin embargo, el aspecto que presentaba la orilla de la margen derecha y los casos que se habían producido de picores en la piel corrió como la pólvora de un extremo a otro de la playa. El alcalde en funciones, Manuel Pérez, que para ese momento ya había sido puesto al corriente, se personó en San Juan de la Canal transcurridas las cinco de la tarde y, tras comprobar el aspecto del agua, dio traslado del asunto a las consejerías de Medio Ambiente y Salud Pública del Gobierno de Cantabria.
Es este último organismo al que compete ahora determinar si, como parece, se trata de algún proceso natural relacionado con la propia vida marina. Aunque desde el Ayuntamiento de Santa Cruz de Bezana se recogieron muestras, un experto de la Consejería se trasladó a la playa para trasladar las suyas al laboratorio del Ejecutivo cántabro, donde están siendo analizadas.
El muestreo se repetirá este martes para conocer la evolución del agua, aunque se descarta que sea por un vertido. Todo apunta a que es un proceso natural que, como ocurrió hace dos años, desaparece en 24 horas.
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