Camargo repondrá más de 600 depósitos de basura con el nuevo contrato de limpieza

El hecho de que el Ayuntamiento haya querido redoblar los esfuerzos en un contrato como este no es una casualidad. El equipo municipal está empeñado en acabar con los problemas de raíz, no escatimar gastos y dar un salto cualitativo en la gestión y el control de las labores de limpieza. Ese deseo por mejorar el servicio también rige la decisión de unificar el servicio. A diferencia de como venía ocurriendo hasta ahora, a partir de este contrato será una única empresa la que se encargue tanto de la limpieza viaria como de la suciedad generada en torno a los contenedores,

Y hablando de depósitos. También serán distintos: metálicos, tanto los de residuos sólidos urbanos como los de recogida selectiva. La idea es poder dejar atrás escenas relacionadas con cubiertas sueltas, basura desperdigada y todo lo que se parezca a los problemas que dio hasta este año la anterior hornada de contenedores, instalada en 2013. Ese es el objetivo fundamental que se propone el equipo de gobierno actual, la coalición de PSOE y PRC, que más de una vez ha afeado las deficiencias que demostró el anterior contrato, adjudicado durante el mandato del PP.

Esa palabra, «deficiencias», ha vuelto en esta legislatura en contra de la coalición de gobierno y en palabras de los populares, que de hecho votaron en contra del nuevo contrato apreciando en el documento una «oportunidad perdida para potenciar y dar un servicio de calidad» a los vecinos, en palabras de su portavoz, Amancio Bárcena. Uno de los asuntos en los que el PP apoya esa opinión es la frecuencia «insuficiente», al menos una vez al mes, con que se desarrollarán las labores de limpieza en las pedanías. Aquí un apunte importante: el servicio es flexible y se ajustará a las necesidades de cada pueblo. Si basta con un día, un día; si son necesarios nueve, «estarán nueve días», tranquilizó en el Pleno del mes de febrero el teniente de alcalde, Héctor Lavín.

Lo que está claro es que nadie, ni gobierno, oposición ni vecinos quieren que el contrato dé disgustos. Por eso, y más desde el expediente sancionador que se abrió en mayo a la adjudicataria del contrato de basuras, Geaser, por «infracciones» en el servicio, el Ayuntamiento quiere evitarse cualquier amago de problema.

De ahí los requisitos del contrato: la adjudicataria deberá subrogar el personal que presta su trabajo en la empresa actual. La alcaldesa, Esther Bolado, ponía el siguiente ejemplo para tranquilizar a los vecinos más afectados por la maleza u otras demandas: «Si la empresa no presta eficientemente el servicio, el Consistorio requerirá que reasigne efectivos, aumente la plantilla o incremente medios, a costa de la empresa».