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Después de más de dos años de trabajos, retrasos, quejas y molestias para vecinos y conductores, la obra de alta tensión entre El Astillero y Cacicedo encara los últimos meses de trabajos en ambos municipios. La previsión de Red Eléctrica Española (REE) es que ... el nuevo sistema energético empiece a dar servicio en septiembre, «unas pocas semanas» después de que los nueve kilómetros de cable que recorren el subsuelo queden definitivamente conectados. Con la obra civil prácticamente terminada, la mayor parte de las labores se centra ahora en el tendido del cable y la preparación de las dos subestaciones que hay a cada de extremo del cableado, tanto en El Astillero como en Cacicedo. Con suerte, si los operarios no encuentran mayor problema, las obras terminarán en la recta final de verano, aunque no sería la primera que los plazos no se cumplen de acuerdo a las previsiones. A inicios del año pasado, fuentes de REE fechaban en octubre de 2021«a más tardar» la culminación de todas estas actuaciones valoradas en 30 millones de euros.
Entre tanto, trabajadores como los de la empresa colaboradora AR -de ingeniería y servicios integrales- se afanan en cerrar el aparatoso capítulo de la obra civil, un proceso del que, en las últimas, ya se vienen percatando muchos vecinos: tanto los de Revilla a su paso por el barrio La Llosuca, debido a las labores de empalme; como los de Guarnizo, donde apuran los últimos trabajos de asfaltado. Zanjas, excavadoras, palas, semáforos para regular el tráfico... El caso de estas dos pedanías es sólo un ejemplo de lo que han significado las tareas, basadas fundamentalmente en conectar un gran 'cordón' por 13 cámaras subterráneas.
Desde que REE se atrincheró en ambos municipios, los operarios han tenido que estudiar el terreno, hacer un surco después y, por último, acoplar el cable. No sin polémicas, eso sí. En algunos casos, crear ese 'canal' ha sido más o menos sencillo; en otros, en cambio, un dolor de cabeza para los trabajadores, condicionados por las condiciones orográficas del terreno. Según avanzaron desde REE, esa labor de 'serpenteo' ha resultado más compleja en Guarnizo que en Camargo.
Lo que no ha entendido de barrios ni municipios es la oposición a la actuación. Desde 2019, los vecinos han hecho causa común para mostrar su rechazo y, en algunos casos, lograr que la administración pusiera de su parte para obtener el mejor resultado. Para muestra, la negociación de cada centímetro abanderada por el Consistorio de El Astillero; o la solicitud para que se aglomere el ancho completo de las calzadas afectadas para garantizar el mejor resultado posible, en Camargo.
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