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Un año despues Reinosa recordó aquel 19 de diciembre en que se inundó una importante zona de Campoo, cuando el Híjar se llevó cuanto encontraba a su paso. La zona del puente de La Naval sobre el río, en la confluencia entre la avenida Naval ... y el barrio de Sorribero –dos de las zonas más afectadas por el suceso–, fue el escenario de los actos con los que Reinosa recordaba lo ocurrido, convocados por la Asociación de Afectados por las Inundaciones de Reinosa y Campoo y que logró reunir a unas cuatrocientas personas.
Sobre la mesa estaba presente una reivindicación a las instituciones: la limpieza del cauce del río. Por eso, algunos de los afectados bajaron con palas, carretillas y picos para escenificar la necesidad de realizar dicho trabajo en la zona.
Presidía el acto una pancarta con una fotografía antigua de la misma zona que rezaba 'Así queremos el río'. También había otras con lemas y mensajes como '365 días sin soluciones', 'No podemos aguantar más' o 'No queremos más advertencias', letreros distribuidos por toda la ribera.
«Las instituciones no han hecho lo suficiente, y a pesar de que les entregamos un informe técnico riguroso realizado por expertos en inundaciones y catástrofes naturales, aún no se han acometido las obras necesarias en el cauce del río. Se ha hecho una limpieza de cara, y poco más», afirmaba Cheward Román, el portavoz de la asociación, que agradecía el apoyo de los ciudadanos y vecinos. «Os necesitamos, necesitamos la fuerza que nos dais para seguir buscando una solución. No queremos buscar culpables, sólo queremos soluciones, soluciones que tienen que llegar ya.Hemos esperado demasiado y no queremos que vuelva a ocurrir lo mismo», aseveraba.
Animaba el portavoz a aplaudir a todas las personas allí concentradas, que se repartían, guardando las distancias de seguridad, entre el puente sobre el Híjar y ambas márgenes del río. El objetivo es que el Ayuntamiento, el Gobierno regional y la Confederación Hidrográfica del Ebro unan sus fuerzas y limpien el río. Exigen que se ejecuten las obras que piden los estudios técnicos que consideran, aún hoy, a buena parte del núcleo urbano de Reinosa como zona inundable.
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A esta convocatoria de ayer acudieron muchos de los vecinos afectados. Algunos habían perdido algo, un coche, la puerta de un garaje, pero otras prácticamente todo, vivienda y enseres. También estuvieron allí vecinos de otras áreas de la ciudad, que sufrieron viendo la situación de su ciudad. «Hoy rememoramos una fecha señalada como catastrófica, sobre todo para la gente que perdió sus casas, y en segundo plano los que vimos afectados nuestros sótanos y garajes, si bien eso es secundario comparado con lo otro. Vemos que no se ha hecho nada, o muy poco, para evitar que vuelva a suceder», explica un afectado de la zona, Óscar Gutiérrez.
María Fernández, aunque fue afectada, se considera afortunada: «Por suerte a nosotros no nos pilló aquí porque vivimos en Santander y mis padres, cuya casa se inundó, no estaban», recuerda. «No lo vivimos directamente, pero a pesar de ello esto supone muchísima tristeza porque al final han sido unas pérdidas tremendas. Nosotros sólo hemos perdido un coche, y hemos tenido un garaje afectado, pero hay gente que ha perdido mucho más. Lo triste es que no se haya conseguido que se haga nada en un año. Quieren vender que han hecho algo pero no es cierto». se lamentaba. «Hemos tenido este año suerte de que no haya llovido como llovió el año pasado, pero podría pasar algo parecido o peor», concluye María.
José Ignacio Ruiz, otro de los asistentes a la concentración, aseguraba que se siente «como un afectado más porque las inundaciones fueron en Reinosa y eso me afecta directamente. Hoy recordamos un día que fue una catástrofe con mucho dolor y mucha impotencia. No hay más que mirar para ver que no han hecho nada más que engañar, y no se ha puesto solución a nada», apostillaba.
César Peña, afectado por las inundaciones, incide en que tras la riada «hemos tenido que desalojar ya dos veces el garaje porque peligraba. Nos avisaron de que podía volver a ocurrir, así que lo vives con miedo».
Inés Fabiola Bárcena afirma que el de ayer fue «un día muy triste. Llevamos ya un año con la angustia metida en el cuerpo por la incertidumbre. No sabemos qué va a pasar cuando llegue el invierno, haya desnieve, lleguen los temporales y ataquen nuestras fincas, nuestras casas que están en una de las márgenes del río Híjar». Otras de las participantes, Nieves Carral, apuntaba que sentía «una gran tristeza porque seguimos estando igual que como estábamos el año pasado. No ha mejorado nada».
La conmemoración de aquellos sucesos fue, sin duda, un recordatorio de todo lo que queda por hacer en la ribera del río Híjar. Testimonialmente, muchas fueron las personas que se ensuciaron, metiéndose en el barro para escenificar la necesidad de una solución, animadas todas ellas por los aplausos de los reinosanos que allí se concentraban. Entre los asistentes a estos actos se encontraban miembros de todos los partidos políticos que forman la corporación municipal de Reinosa.
Al finalizar el acto, sobre las seis de la tarde, una vez había caído la noche, todos iluminaron con las luces de sus teléfonos o linternas el cauce del río, que esperan no vuelva a llegar a las di
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