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Hace apenas unos días, las imágenes de dos osos transitando por la carretera de La Lastra se hicieron virales. Entre polémicas por lo que algunos consideraron hostigamiento y otros un riesgo, quedó en evidencia que los animales estaban fuera de su hábitat natural.
Esa circunstancia se ha producido de nuevo, esta vez en Campoo. Un vecino se encontró con marcas en la nieve recién caída en Valdeolea, entre Henestrosas y La Quintana. Cuando comprobó, más de cerca, de qué se trataba, pudo ver con claridad que eran huellas de oso. Recorrían una pista y se adentraban después en una zona boscosa.
La falta de alimento en las zonas altas está provocando que los osos, con la llegada del invierno y la necesidad de hacer acopio de reservas, desciendan a zonas más bajas. Robledales y zonas habitadas son lugares donde pueden saciarse, por lo que la cercanía de estos plantígrados puede convertirse en imagen habitual en los próximos meses.
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