Reinosa ordena el cierre cautelar del bar La Flor afectado por unas obras contiguas en Quintanal

En la mañana de este sábado, Alexandra Fernández, gerente del local, evaluaba daños y hacía papeleo para poder «seguir con nuestra vida», decía, y reabrir cuanto antes el local. En este sentido, la hostelera hacía un llamamiento a la administraciones para que «agilicen» los trámites y redacten los informes que necesitan para continuar trabajando.

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Y es que el Ayuntamiento ordenó el viernes cerrar el negocio, no así el desalojo del edificio dado que, tal y como confirmó el portavoz municipal del PRC, Daniel Santos, «la estructura no corre peligro». Así lo trasladaba tras hablar con los técnicos municipales que se acercaron al lugar. Es precisamente ese dictamen técnico el que necesita cuanto antes Alexandra para poder tramitar la denuncia e iniciar las obras. «Esta mañana he ido a poner la denuncia a la Guardia Civil, pero me comenta que necesito el informe del Ayuntamiento ya que han sido ellos quienes nos han cerrado», explicaba.

Está disgustada y tiene mucha incertidumbre aún sobre lo que pueda pasar. «Es que vivimos de esto, y los días cerrados no cobramos», incidía. «El propietario del local nos dice que por él que hagamos las obras cuanto antes pero también quiere saber a qué nos enfrentamos», explica. Y es que los antecedentes de la calle mandan. Los vecinos han pasado un calvario judicial hasta que los tribunales les dieron la razón y obligaron al Ayuntamiento a hacerse cargo de las reparaciones de las grietas en las casas o indemnizar, al hacerles responsables de los daños causados por las obras de saneamiento que se hicieron hace años en la zona.

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Por otro lado, en la otra parte de la ciudad, en el Arroyo Las Fuentes, también con edificios afectados por hundimientos, el Instituto Geológico y Minero se personaba esta semana para evaluar y diagnosticar lo que sucede allí. Los vecinos siguen muy inquietos porque día a día ven como el terreno se hunde y aparecen nuevo soplados. Al parecer, el informe no llegará hasta dentro de tres meses, por lo que toca esperar. Tampoco tienen noticias de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, que no responde a ninguno de los escritos enviados pese a estar considerada parte en el asunto.