![La decapitación de Castro llega a juicio](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202210/30/media/cortadas/MF0OGV63-kPEB-U1805411794579m-1248x770@Diario%20Montanes.jpg)
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Ha sido uno de los casos más mediáticos que se recuerdan en los últimos años por su crueldad y atrocidad. Y después de tres años ha llegado el momento de que la principal protagonista rinda cuentas ante la Justicia y despeje todas las incógnitas de ... una causa que tiene en vilo a muchas personas.
El juicio frente a Carmen Merino, acusada de decapitar a su novio Jesús Mari Baranda en su vivienda de Castro Urdiales, arranca el próximo viernes, 4 de noviembre, con la selección del jurado popular, que tendrá en sus manos el futuro de la encausada, ya que será el encargado de dictar el veredicto (después, el presidente del tribunal, el magistrado Agustín Alonso, fijará la pena).
La expectación que rodea a este caso es máxima, teniendo en cuenta que hay muchos cabos por atar. El principal, dónde se encuentra el resto del cuerpo de Jesús Mari (vizcaíno, de 67 años, y jubilado de la banca). Aunque todo apunta a que la acusada no despejará este misterio ya que la única vez que ha roto su silencio en todo este tiempo fue para afirmar que ella no había tenida nada que ver con el asesinato de su pareja, «porque le quería».
Para entender todos los entresijos del caso hay que retroceder en el tiempo hasta el 11 de febrero de 2019, último día en el que los amigos de Jesús Mari lo ven en una comida en un restaurante de Barakaldo. Una semana después, Baranda no acude a su cita semanal con ellos y les manda un mensaje de whatsapp, disculpando su ausencia. A partir de ese momento, su novia mantiene que Jesús Mari se encuentra de viaje y los amigos y familiares empiezan a recibir una serie de mensajes en los que supuestamente él va relatando dónde se encuentra en todo momento. Pero no logran hablar con él y es entonces cuando su primo, Alfonso Ricondo, le manda un mensaje de advertencia: «Si no oigo tu voz, acudiré a la Guardia Civil». Ante la falta de respuesta, el 9 de abril denuncia su desaparición. Un hecho que no sienta nada bien a Carmen Merino.
La Guardia Civil abre entonces una investigación y, diez días después, es cuando la novia de Jesús Mari entrega a una amiga (Carmen Mendoza) un paquete que al parecer contenía juguetes sexuales que quería utilizar cuando regresara su novio y que le daba vergüenza que vieran los agentes al registrar su vivienda.
Pasados cinco meses se destapa el macabro crimen. El 28 de septiembre, de madrugada, la amiga de la acusada decide abrir «por curiosidad» ese paquete, envuelto en papel de regalo y varias bolsas de basura y en cuyo interior había a su vez un neceser que contenía, recubierto de periódicos, el cráneo de Jesús Mari. La Guardia Civil ata cabos y detiene a Merino, que delante del juez guarda silencio. A prisión provisional.
Tras nueve meses de investigación, el instructor levantó el secreto de sumario que acordó tras la detención de la encausada y fue cuando se conocieron las conclusiones de la Guardia Civil, que consideran a Merino autora de la muerte de su novio, «habiendo cometido el hecho violento previo estudio y de manera premeditada, siendo escrupulosa con la destrucción de todo vestigio o indicio que pudiera suponer una incriminación de la misma». Además, los investigadores, que no vinculan a nadie más con este caso –llegaron a sospechar de la participación del hijo de la acusada e incluso de un sicario–, sostienen que, tras el crimen, la sospechosa orquestó una historia sobre la desaparición de su novio hasta que se hizo «insostenible» por la presión de familiares y amigos, «lo cual la lleva al extremo de tener que crear una prueba de vida, elaborando la ficción de que su novio había escrito varios mensajes tranquilizadores sobre su estado, todo ello hasta la interposición de la denuncia por desaparición llevada a cabo por el primo de la víctima».
¿Y qué llevó a Merino a cometer supuestamente este crimen? «Un interés económico». Según los investigadores, la novia de Jesús Mari, que al parecer cobraba una pensión y le daba dinero a sus hijos, tenía varias deudas por créditos impagados. Los agentes plantean la hipótesis de una posible marcha prevista por Merino a la ciudad de Cádiz, circunstancia que se basa en las conversaciones mantenidas por la investigada con sus hijos y las consultas realizadas en páginas web inmobiliarias respecto a la búsqueda de viviendas en la localidad andaluza, «a lo que hay que unir la importante cantidad de dinero que la investigada mantenía escondido en su vivienda».
Respecto al hecho de tener en su posesión el cráneo de la novio, la Guardia Civil no ha encontrado una hipótesis razonable. Pero les ha surgido la duda de si realmente lo conservaría con la intención de que en un futuro pudiera ser localizado en cualquier lugar abandonado y que, a través de la correspondiente prueba de ADN cotejado con la base de desaparecidos, diera resultado positivo de su identidad, «procedimiento que nos consta como conocido por la investigada», momento en el que se declararía su fallecimiento y Merino podría así liquidar la parte de la herencia que, como adjudicataria en el tercio de mejora le correspondería», o en todo caso, por otras circunstancias que escapan a la explicación de los investigadores. Esta hipótesis se basa, entre otras razones, en una búsqueda por internet que Merino habría realizado en uno de los ordenadores de la pareja, en relación al destino del tercio de mejora, que es una de las tres partes en las que se divide una herencia.
¿Y cómo pudo cometer el crimen? Los agentes creen que primero le sedó con diazepam y después empleó una sierra de calar, un martillo pesado y una motosierra con la que indiciariamente lo habría «descuartizado». Además, de los ordenadores que había en la vivienda donde residía la pareja, la Benemérita extrajo varias búsquedas realizadas presuntamente por la sospechosa, como la forma de desatascar una motosierra o cuánto tarda en descomponerse un cadáver.
La Fiscalía considera que Carmen Merino es autora de un delito de asesinato con alevosía, por el que solicita una pena de 25 años de cárcel y que indemnice con 20.000 euros al hermano, los hijos y el primo de Jesús Mari. De su lado, la acusación particular, que ejercen los dos hijos del finado, solicita la pena de prisión permanente revisable y 35.000 euros de indemnización.
LAS FECHAS CLAVES
11 de febrero de 2019 : Jesús Mari desaparece
Los amigos de Jesús Mari Baranda lo ven por última vez el 11 de febrero de 2019, en una comida en un restaurante de Barakaldo. El día 18, una semana después, el jubilado de la banca, de 67 años, no acude a su cita semanal. Los amigos reciben un whatsapp disculpándose por no poder asistir y deseando a todos que «se lo pasen bien».
13 de febrero de 2019: Día del supuesto asesinato
Los investigadores estiman que el 13 de febrero de 2019 fue el día en que Carmen Merino habría acabado con la vida de su novio Jesús Mari. Según mantiene el fiscal del caso, el asesinato se habría producido dentro del domicilio en el que residían ambos, evitando la presencia de terceras personas y que la víctima pudiera ser auxiliada.
9 de abril de 201 : Denuncian la desaparición
Casi dos meses después de que lo vieran por última vez y ante las sospechas de que pudiera haberle pasado algo, Alfonso Ricondo, primo de Jesús Mari, decide denunciar su desaparición ante la Guardia Civil, decisión que no gusta en ese momento a Carmen Merino, quien le traslada que tendría que haber sido ella la que interpusiera la denuncia.
19 de abril de 2019 : Entrega del cráneo
La testigo Carmen Mendoza, amiga de la acusada, sostiene que el 19 de abril de 2019 Carmen Merino le entrega una caja envuelta en papel de regalo y le pide que se la guarde en su casa porque contiene juguetes sexuales que quiere probar con su novio, pero no quiere que la Guardia Civil lo vea, «por vergüenza», cuando vayan a registrar su casa.
28 de septiembre de 2019: Se descubre el crimen
Cinco meses después de que Merino le entregara la caja con los supuestos juguetes sexuales, Carmen Mendoza, por curiosidad y cansada de tener ese paquete tanto tiempo, decide ver lo que hay en su interior. Encuentra un neceser con papeles de periódico que cubren el cráneo de Jesús Mari. Horas después la Guardia Civil detiene a Merino.
1 de octubre de 2019: Merino ingresa en prisión
El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Castro Urdiales, en funciones de guardia, tomó declaración a Carmen Merino, detenida en relación a la aparición de restos humanos en el interior de una caja. El juez acordó como medida cautelar la prisión provisional comunicada y sin fianza de la hoy acusada.
30 de junio de 2020: Conclusiones
La Guardia Civil considera a Merino autora de la muerte de su novio, al que supuestamente asesinó y descuartizó empleando una sierra de calar, un martillo pesado y una motosierra. Los agentes creen que conservó el cráneo de su novio para que fuese encontrado en un lugar abandonado y, al darle por muerto, poder recibir parte de su herencia.
13 de noviembre de 2020: Merino rompe su silencio
A lo largo de la investigación del caso, la acusada solo ha roto su silencio en una ocasión. Fue en segunda comparecencia en el Juzgado Nº3 de Castro, donde aseguró que «no he tenido nada que ver en la desaparición y fallecimiento de Jesús Mari». Sobre su relación con el finado declaró que era «estupenda, maravillosa, vinculada al amor».
. El juicio frente a Carmen Merino arrancará este próximo viernes, 4 de noviembre, con la constitución del tribunal de jurado, que estará integrado por nueve miembros (más otros dos suplentes).
La segunda sesión (día 7) está destinada a los informes previos y a la declaración de la acusada; en la tercera (día 8) comparecerán ocho testigos de las acusaciones, y en la cuarta (día 9), otros ocho testigos –seis de las acusaciones, dos de la defensa–. En la quinta jornada (10 de noviembre) se dará audiencia al resto de testigos de la defensa, la sexta (día 11) se dedicará a la pericial médico-forense, y la séptima (día 14), a la pericial toxicológica e informática.
La pericial técnica se desarrollará en la octava sesión (día 15), la novena (día 16) estará dedicada a las periciales de la defensa, la décima se destinará a las conclusiones (día 17) y en la última sesión (18 de noviembre) se conocerá el veredicto del jurado. A partir de ese momento, el presidente del tribunal, el magistrado Agustín Alonso, será el encargado de dictar la correspondiente sentencia.
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