Galdós ha considerado que ambas acusaciones, por las que se le imputan sendos delitos de falsedad documental y cohecho, son «radicalmente falsas» y «no tienen ni pies ni cabeza», algo de lo que augura que el Tribunal «se irá dando cuenta con las pruebas periciales » a lo largo del proceso que se sigue en la Audiencia de Cantabria.
A preguntas de su defensa -las únicas a las que ha aceptado someterse- Galdós ha explicado que su intervención en esta promoción de chalets se limitó a realizar el proyecto de construcción para Sacyr Vallehermoso, mientras que el proyecto de compensación corrió a cargo de un despacho de abogados de Bilbao que «representaba a la mayor parte de los propietarios» y que «tenía la confianza» de estos.
«Yo nunca he realizado un proyecto de compensación, aunque a veces sí los he firmado», ha añadido Galdós. «El proyecto de compensación de Santullán ni lo he leído», ha añadido el arquitecto, que también ha apuntado que al inicio de este juicio tampoco conocía a la mayoría de los acusados.
Preguntado concretamente por la acusación de haber falsificado el proyecto de compensación que aprobó la junta de gobierno del Ayuntamiento de Castro Urdiales para que fuese registrado con una condiciones más favorables para él, Galdós ha sido tajante: «Es radicalmente falso».
Y, en similares términos ha respondido en cuanto a que hubiese pagado 30.000 euros al secretario municipal para que sellara dicho proyecto de compensación, distinto al que fue aprobado por el Consistorio.
Galdós ha reconocido que sacó de su cuenta esa cantidad y ha explicado que, aunque «no es fácil» recordar ocho años después qué hizo con el dinero (lo sacó en 2005 y necesitó justificarlo en 2013), ha logrado «reconstruir» que, un día después de retirar el dinero de su cuenta viajó a Canadá a acompañar a su hijo que iba de campamento, por lo que cambió dinero a dolares canadienses.
Además, ha recordado, parte del dinero la destinó al alquiler de un barco en Mallorca, como hacían todos los años porque su mujer es mallorquina; otra cantidad la dedicó a «una serie de pagos fundamentalmente dirigidos a la decoración» porque acababan de cambiarse de casa y también envió dinero a sus hijas que se encontraban en la India y había tenido problemas con la tarjeta de crédito.
«Está todo perfectamente justificado», ha dicho el promotor y ha añadido que, en aquella época, para él «era normal sacar esas cantidades de aquella cuenta y de aquella oficina», como su letrada ha justificado mostrando extractos de la cuenta en la que aparecen retiradas de cantidades similares e incluso mayores.
Al término de su declaración, Galdós ha querido utilizar su derecho a tener la última palabra para destacar que: «No solo no he cometido ningún delito, tampoco ni una falta administrativa». Además, ha destacado que en 44 años de profesión no ha sido «nunca investigado».
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