Adiós Santi
Miguel Ángel Revilla
Jueves, 14 de octubre 2021, 11:53
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Miguel Ángel Revilla
Jueves, 14 de octubre 2021, 11:53
Cuando te suena el móvil a las 7 de la mañana generalmente recibes malas noticias. Eso me ocurrió hoy, cuando me comunicaron la muerte de Santos Fernández Revolvo.
El nombre y los apellidos tal vez resulten desconocidos para la mayoría, porque él era Santi de ... Laredo. Compañero mío en la trayectoria regionalista desde los primeros momentos. Secretario de Organización del partido durante décadas, portavoz en el Parlamento de Cantabria, alcalde de Laredo… Santi fue una pieza fundamental en la consolidación del PRC y jugó un papel clave para que yo llegara a ser presidente de Cantabria.
A lo largo de más de 40 años de andadura política he vivido momentos muy duros, momentos de dificultades y desánimo, en los que siempre acudía a Laredo para refugiarme en los consejos de Santi. Él fue mi pañuelo de lágrimas.
Como profesor de Filosofía que era, ejercía su vocación también fuera de las aulas. Sus opiniones eran siempre de una lógica y una sensatez apabullantes.
Como político fue un ejemplo de educación y concordia, como demostró en todas sus intervenciones públicas. Durante 12 años defendió con rigor las ideas del PRC en el Parlamento de Cantabria. Su actuación bien puede ser un manual de lo que debiera ser la política. No es de extrañar que se asombrara ante la crispación del debate político actual, como me comentó cuando estuve con él hace un par de meses.
Santi no tenía enemigos, porque la educación y la cordialidad eran su forma de vida. Luchó como pocos por el partido y su trabajo fue esencial para convertirlo en la primera fuerza política de Cantabria. Y luchó por Laredo. Desde que le conocí tenía una obsesión, el puerto de Laredo. En los primeros años siempre me pedía que le prometiera que haríamos esa obra si algún día llegábamos al Gobierno. Y lo hicimos. Apartado ya de la política activa, paseamos muchas veces juntos y con enorme satisfacción por aquel sueño que vio convertido en realidad.
Desde hace 40 años, siempre hacíamos un trueque la víspera de Navidad. Ninguno de los dos concebía las fiestas sin caracoles en el menú, así que yo le hacía llegar cada año 3 kilos, recogidos por unos amigos de Udías. A cambio él me mandaba 3 kilos de garbanzos, que sabía que me encantan, traídos de Jatar, su pueblo de Granada.
Hoy me vuelvo a sentir huérfano. Nos han dejado Eduardo Obregón, Rafa de la Sierra, Fito Trueba y ahora Santi, la persona más buena que he conocido.
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