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Laredo se ha convertido en una isla en la tendencia general de la comarca del Asón. Mientras el cauce del río que le da nombre da señales de remitir en su intensidad, en la villa pejina se vive una situación particular, provocada por la falta ... de alivio de los cauces que confluyen en el entorno urbano, fundamentalmente los ríos Mantilla y Pelegrín. Precisamente este río, que desciende y se desploma desde el alto de Laredo hasta surgir a pie de la montaña, en el barrio del Pelegrín, bajaba más cargado que nunca. Así lo atestigua Jesús, un vecino de este enclave que ayer acabó bajo las aguas. «Nunca vi bajar así el Pelegrín, en los más de veinte años que llevo viviendo aquí», explicaba, mientras se lamentaba de la falta de limpieza y alivio de los cauces. Ese es el otro fenómeno específico de Laredo, que hace que de forma recurrente los barrios de San Lorenzo, El Pelegrín y La Pesquera padezcan severas inundaciones.
En esta ocasión la situación ha sido especialmente dura, porque los estragos causados en la jornada de ayer lunes no pudieron ser paliados al comienzo de hoy martes. El tópico habla de que 'llueve sobre mojado'. Y eso se traduce en que zonas de la Avenida de España, así como la calle Marqués de Valdecilla estén completamente anegadas. De la misma forma, la calle Martínez Balaguer recogía en su tramo central una notable cantidad de agua. Precisamente, el establecimiento BM ha tenido que cerrar sus puertas y sus operarios han acometido tareas de vaciado del agua y limpieza de las zonas afectadas, principalmente en su zona baja, derivando la atención al supermecado situado en el barrio del Callejo, en el límite con Colindres.
Todo ello en una jornada que amaneció con el anuncio de la Consejería de Educación de la suspensión de las clases en todos los centros educativos. Algunos, como el CEIP Villa del Mar, estaba completamente anegado. La misma situación que la Avenida del Duque de Ahumada en el tramo paralelo al campo de fútbol de San Lorenzo, hasta l rotonda del IES Bernardino de Escalante, prácticamente intransitable.
Desde los servicios municipales, con el refuerzo de FCC, encargada del servicio de limpieza, se desvivían para despejar de agua y lodo zonas en las que el agua ya había dado una pequeña tregua, como el propio barrio del Pelegrín. Al mismo tiempo, en la desembocadura del río Mantilla, a la altura del Carlos V, una pala excavadora procedía a retirar la arena depositada en el lecho, para mejorar la velocidad de desagüe. Esta es una actuación habitual que sufraga el Ayuntamiento de Laredo pese a ser dominio de la Demarcación de Costas, que se inhibe ante una tarea esencial para evitar situaciones desesperadas. Más improvisada, de hoy mismo, es la presencia de una nueva pala excavadora que hace la función similar en la entrada principal de la playa Salvé, junto a la Cruz Roja. Ahí desembocan las pluviales de otras zonas urbanas que, trescientos metros atrás, son causantes de las serias inundaciones que amenazan a Laredo, que ha afrontado la pleamar justo al mediodía.
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Rafa Torre Poo P. CH.
El deficiente mantenimiento de los cauces, cuestión que compete a la Condederación Hidrográfica, es otro de los responsables de unas inundaciones en una zona donde las botas de agua forman parte del fondo de armario de todos los vecinos, dado que de otra manera, quedarían aislados en sus casas. Sus caras de preocupación se mezclan con el enfado, porque la situación se repite una y otra vez, sin ver avances palpables. Precisamente, las obras de mejora en el barrio, por un importe de casi dos millones de euros, están paralizadas antes incluso de haber arrancado por un problema que el Ayuntamiento de Laredo no termina de aclarar.
El cuadro se completa con ese caudal intenso que llega aguas arriba desde el río Asón hasta el mar y que anega distintos regatos en la villa pejina. Además, la propia autovía A-8, que discurre por la zona elevada de Laredo, provoca que el agua acumulada se evacúe hacia el centro urbano. Lo que sumado a lo intenso de las precitaciones se traduce en esta inundación que tiene a Laredo contra las cuerdas.
El escenario de las próximas horas dependerá de cómo evolucionen los pronósticos. Si se cumplen los más desfavorables, habrá zonas de Laredo que tardarán días en salir a flote, con el consiguiente trastorno para los vecinos y empresarios que hoy, se vieron obligados a bajar las persianas de sus negocios, empeñados en otra lucha: la de desalojar el agua y el barro que, por enésima vez, se ha colado en el interior de sus establecimientos y portales.
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