Un retrato de Antuán inaugura una serie de grafitis sobre personajes de Laredo

Pero ahora ha querido ir más allá. La semana pasada culminó el retrato en gran formato de Antonio Arconada, Antuán, el más popular de cuantos laredanos habitan en la actualidad la villa pejina. El trabajo, ejecutado en una mañana, luce en plena calle del Paseo, en el muro que linda con el Sildavia. Su propietario, Santos Gómez, Huesu, se mostró encantado con la idea de ceder el espacio para inmortalizar a tan ilustre paisano. «Fue mi primer jefe, en su establecimiento, Ond Antuán, en la Ruamayor. Para mí es alguien muy grande, que se merece una estatua, una plaza o una calle en el pueblo», confiesa.

Con este retrato se inaugura una serie que Steve Camino quiere desarrollar al ritmo de una al mes, doce al año, para procurar alicientes al recorrido por las calles laredanas de vecinos y turistas. «Quiero conjugar la mirada al pasado, con personajes como José Luis y su guitarra, con un guiño a jóvenes que vienen pisando fuerte en el ámbito del la cultura o el deporte, como la jockey Julia Zambudio o el surfer Mario Rasines, para darles el reconocimiento y la visibilidad que se merecen», reflexiona.

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Estas creaciones le servirán, además, para promover una colaboración con otros creadores como Alfonso Paradelo o jóvenes que se inician en el mundo de la expresión artística. Y le servirán, además, para presentar cada obra a la Liga Nacional del Grafiti, en la que lidera la segunda división y mantiene intactas las opciones de ascender a la máxima categoría. Un proyecto que en tres años de andadura ha adquirido una enorme dimensión. «El ganador de este año viajó a Nueva York con todos los gastos pagados y le dejaron un muro en Brooklyn para que plasmase una de sus obras», destaca.

El laredano hace un llamamiento a aquellos propietarios de espacios en zonas céntricas para que le brinden sus paredes a modo de lienzo en el que plasmar sus obras. Todo ello en una vertiente altruista que estimula junto a la profesional. Esa que le ha llevado a dejar su impronta en escenarios tan espectaculares como el túnel de la Soledad -convertido en un impresionante acuario-, las Casas Amarillas, la Casa de Cultura, el aparcamiento de los Juzgados, los colegios Pablo Picasso y Pepe Alba y el Paseo Marítimo. Eso ciñéndose a Laredo. Porque en Colindres dejó su sello en el entorno del puerto y la antigua cofradía. Otra villa hermana como Santoña, también le ha servido para difundir su trabajo dejando su huella en la restauración de los pescadores de Baldomero Villegas que reproducían estampas de 'Sotileza'. Y, de manera especial, con la reproducción de la Virgen del Puerto y dos barcos en el barrio Santoñuca, una obra que dejó tan entusiasmada a una vecina que el último día le agasajó con un cargamento de tomates y lechugas de su huerta.

De vuelta al otro lado de la bahía, Antuán se personó durante la ejecución de su retrato y se mostró muy agradecido. Fue entonces cuando entendió el por qué de la foto que Steve le hizo en Navidad en clave misteriosa.