«Un balcón para ver el infinito»
Mirador de Santa Catalina ·
Luis Miguel García, guía del Desfiladero de La Hermida, nos anima a asomarnos al mirador de Santa Catalina o de la Bolera de los Moros y contemplar «algo único»Secciones
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Mirador de Santa Catalina ·
Luis Miguel García, guía del Desfiladero de La Hermida, nos anima a asomarnos al mirador de Santa Catalina o de la Bolera de los Moros y contemplar «algo único»«Asómate y mira. Es un lugar único, un balcón al infinito». Luis Miguel García contempla eso, el infinito, desde el mirador de Santa Catalina o de la Bolera de los Moros. «Es único», repite mientras su mirada recorre unas vistas que impresionan, que ... impactan, que maravillan... la mitad del Desfiladero de La Hermida rodeado de montañas, de paisaje en el sentido estricto de la palabra. Algo espectacular. Difícil de describir. «Es mejor verlo», resume.
Luis Miguel es el guía del Desfiladero y vive en la localidad de Navedo. Desde el año 2018 realiza rutas por el municipio y por Picos de Europa, enseñando las bellezas a los turistas que se acercan hasta estos lugares. Cuenta con la página web www.guiadeldesfiladero.com desde donde se puede contactar con él.
Describe el mirador de Santa Catalina como un «lugar mágico para perderse». Está en el municipio de Peñarrubia, al que se accede desde la localidad de La Hermida, cruzando un puente sobre el río Deva, e iniciando la subida por la carretera CA-282 de Linares a Puentenansa. Después de pasar por Linares y llegar a la localidad de Piñeres, que encontramos a la izquierda de la carretera, cogemos un desvío a nuestra derecha junto a la ermita de Santa Catalina y, por una pista asfaltada, podemos llegar en coche hasta un pequeño aparcamiento por debajo del mirador, o bien dejar el vehículo y recorrer los dos kilómetros de distancia, que por la senda mitológica señalizada entre el bosque, nos acercará también hasta el mirador.
Luis Miguel García | Guía del Desfiladero
«Si quieres ver algo excepcional, ven», anima nuestro protagonista. «Asomados desde una plataforma metálica, tenemos una panorámica extraordinaria de la mitad del Desfiladero de La Hermida, con la carretera y el río Deva, y contemplamos desde la Braña de los Tejos hasta la localidad de Tresviso, además de la entrada a Liébana, La Hermida, Caldas o Linares, y la Cordillera Cantábrica». Reconoce que «la gente que llega aquí y ve este paisaje con la caliza y los bosques de roble, hayas o encinas, y contempla el vuelo del buitre leonado, el quebrantahuesos o el águila real, se siente transportado hacia un lugar increíble, donde los cambios constantes de luz hacen más extraordinario este mirador que cuelga sobre el Desfiladero de La Hermida».
Junto al mirador se encuentran los restos del castillo de la Bolera de los Moros, donde el guía resalta que «el emplazamiento estratégico del monte Hozarco y sus notables defensas naturales motivaron la construcción en este lugar de una fortaleza defensiva, a inicios de la Edad Media. Se trata de un recinto de planta rectangular, que consta de una plataforma de vigilancia sobre el Desfiladero de La Hermida, de una muralla, y al menos de una torre de planta cuadrada en uno de los extremos, aunque pudo tener otra en el extremo opuesto». Durante el desarrollo de las distintas actuaciones arqueológicas que se han realizado en este enclave, se han recuperado numerosos fragmentos de cerámica, puntas de saeta, restos de fauna consumida y otros restos de vida cotidiana, y se ha determinado que «al menos hubo una fase de ocupación que se inicia a principios del siglo VIII y se prolonga hasta el siglo IX, aunque es muy posible que el castillo estuviera en uso hasta el siglo XII». El guía incide en que «estos sistemas defensivos de control del territorio están bien representados en la zona, ya que la localidad de Linares cuenta con la torre del Pontón, que se ha rehabilitado y se encuentra en el centro del pueblo, pudiéndose realizar visitas guiadas, y los restos de las torres de Verdeja y de Piedrahita, lo que dice mucho de la importancia histórica de la zona».
Subir al teleférico de Fuente Dé. En pleno corazón del Parque Nacional de Picos de Europa, el teleférico salva un desnivel de 753 metros, y sitúa al viajero a 1.823 metros de altitud en 4 minutos. El precio de la entrada para un adulto es de 18 euros.
Visita a Santo Toribio. El monasterio alberga el Lignum Crucis, el trozo más grande conocido de la cruz donde murió Jesucristo.
La Casa de las Doñas. Casa museo que muestra la etnografia de la comarca. Es imprescindible cita previa.
Pero si desde el mirador de Santa Catalina y la Bolera de los Moros, bajamos por unos escalones de madera habilitados, nos encontramos con un espacio, a nuestra izquierda, totalmente protegido por unas rejas de hierro. Se trata de unas incisiones realizadas en la roca y unas cazoletas, que nos hablan de un pasado milenario pastoril en la zona. Enfrente de este lugar, aparece la figura de la Osa de Ándara, «desde donde se inicia hasta las inmediaciones de la ermita de Santa Catalina, la senda mitológica inaugurada en el año 2019, que en un recorrido de dos kilómetros atravesando el bosque, nos descubre quince personajes propios de la mitología de Cantabria, con paneles explicativos, realizados a tamaño real por el artista Fran Querol. Es el complemento perfecto a nuestro viaje».
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